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Entrevista

"La película siempre acaba tomando su propio camino"

'Palmeras en la nieve' es una producción muy grande para estar rodada en castellano, y un riesgo enorme", afirma Sergio G. Sánchez, cineasta y guionista

Sergio G. Sánchez junto a Luz Gabás, en el preestreno de 'Palmeras en la nieve', en Madrid. LA PROVINCIA/DLP

¿Los actores dan la talla?

El reparto es gigante y hay un puñado de interpretaciones memorables. Si tuviese que destacar a alguien sería a Berta Vázquez. Lo que hace con Bisila es una maravilla. Es una actriz con una presencia magnética y muchísima verdad. Es el hallazgo de la película y espero que le salgan muchos más trabajos a raíz de este. Es todo un descubrimiento.

¿Cuál fue el mayor problema de la adaptación?

La extensión. Era imposible incluir todas las tramas de la novela de Luz Gabás. Intenté capturar la esencia de la novela sin traicionarla para que los que la hubiesen leído reconociesen su historia y quien viese la película sin haber leído el libro pudiesen acudir a la novela para ampliar lo que se narra en la película.

Se habla de cine épico a la española, ¿es para tanto?

Es una producción muy grande para estar rodada en castellano y un riesgo enorme para los productores. Nuestro mercado es muy pequeño y cuando la historia que intentas contar necesita este tipo de presupuesto, lo que se suele hacer es rodarla en inglés para poder ampliar el mercado en el que se exhiba y minimizar el riesgo. Eso nos pasó en Lo imposible, por ejemplo. Para que la operación resulte rentable necesita ser un bombazo en la taquilla. Que se haya apostado por hacer una película como Palmeras en la nieve en castellano es inusual y una verdadera suerte, su propia existencia es casi un milagro. Así que si entendemos épico como "grandioso, fuera de lo común", puede que sí.

¿Qué es lo que más le interesó de la novela?

Las relaciones entre padres e hijos. Cómo hay una parte de las vidas de gente que sentimos muy cercana puede caer en el olvido. La película habla de esto a través de tres generaciones en dos continentes distintos. Dos pueblos hermanados que se vieron obligados a separarse, pero dejando una huella imposible de borrar. Eso fue lo que me atrajo de la historia. Luego también estaba el reto de hilar las tres historias de amor que vertebran la narración. Una imposible, otra que no llega a consumarse y una tercera abierta a la esperanza.

¿Siendo una superproducción el guionista tiene más presiones de las habituales?

Cuando estaba escribiendo el guión no había presión alguna. Era más bien: a ver si puedes sacar una película de esta novela. Las presiones las siente más bien el resto del equipo que tiene que llevar a cabo lo que has escrito.

¿Cómo fue la relación con la autora?

Estupenda. No hubo ninguna tensión. Luz ha sido tremendamente comprensiva y abierta a los cambios. Ella entendía que no cabía todo y por otra parte tenía claro que quería que fuese una película y no una serie. Sólo le preocupaba que se conservase la esencia de su relato y cuando leyó el guión hizo algunos comentarios constructivos y nos dio su aprobación.

¿Ha intentado llevar el agua a su molino más personal?

Inevitablemente uno termina siempre contando la misma historia. Aparentemente El orfanato, Lo imposible y Palmeras en la nieve no se parecen en nada, pero comparten un tema común que siempre está en todo lo que escribo. Siempre está el mismo tema de fondo. La historia de un personaje que intenta volver a un hogar que ya no existe.

Tiene cinco nominaciones en apartados técnicos a los Goya. ¿Injusto o suficiente?

Si me lo permites, antes de responder, un apunte. Nunca he entendido qué quiere decir eso de los "apartados técnicos". ¿En contraposición a "artísticos" que serían los de los actores y directores? Todos los oficios del cine precisan de una combinación de técnica y arte. Si a alguien le parece más meritorio el trabajo de un actor que el de, pongamos, un director de fotografía, un músico o un figurinista, probablemente sea por puro desconocimiento del inmenso trabajo que hay detrás.

Apuntado queda.

Respondiendo a tu pregunta, este año la academia decidió adelantar las nominaciones a diciembre. Las navidades son unas fechas en la que mucha gente va al cine y se pensó que con el adelanto las películas nominadas podrían beneficiarse de ese público extra. Es la primera vez que sucede y se anunció cuando ya teníamos puesta la fecha para el 25 de diciembre. Claramente nos ha jugado a la contra porque a pesar de que se hicieron algunos pases, si las nominaciones hubiesen salido después del estreno muchos más académicos habrían tenido ocasión de verla. Las cinco nominaciones son merecidísimas y no me sorprendería que se las llevase todas. Aunque te quedas con un sabor un poco agridulce, la verdad. Los trabajos de Berta Vázquez, Xavi Jiménez (director de fotografía) y Alex Villagrassa (efectos especiales) como mínimo deberían haberse reconocido.

Nadie podrá acusarle de encasillarte en un género?

Intento escoger proyectos que no se parezcan a lo que he hecho antes y de momento he tenido la suerte de poder evitar encasillarme.

¿Qué ha aprendido como guionista con este trabajo?

Estructura. No se ajusta al canon habitual en tres actos. Es una narración con muchísimos personajes en dos tiempos y dos continentes. Fue muy complicado encajarlo todo de una forma que fluyese sin altibajos. No tenía ningún modelo al que poder ajustarme, me tuve que inventar un poco una estructura nueva que funcionase para esta historia.

¿Qué se siente al ver en la pantalla rodeado de gente lo que has escrito en solitario?

Cuando escribes la película es tuya y sólo tuya. Pero no tiene nada que ver con otros tipos de escritura como la literatura donde el autor controla completamente su obra. Al llegar el rodaje la autoría pasa a ser de un equipo inmenso liderado por un director y la obra se transforma en otra cosa. Después llega en montaje, donde todo ese trabajo vuelve a encarnarse en otra criatura distinta. Lo que queda al final es algo que lleva un poco de ti, bastante del equipo y mucho del director. Pero también hay un componente incontrolable, las películas siempre acaban tomando su propio camino. Es como tener un niño. Tu puedes tener tus ideas sobre cómo te gustaría que fuese, educarle de una manera concreta, darle todo lo que tengas, pero llega un punto en el que se rebela y toma sus propias decisiones, echando a andar por si misma, decidiendo qué quiere ser sin que tu ya tengas nada que decir.

¿Hablamos de proyectos?

Estoy adaptando el cómic de Scott Snyder y Jock Wytches para Plan B, la productora de Brad Pitt. También tengo pendiente la adaptación del libro de Kenneth Oppel This dark endeavor para Matt Reeves y, en mayo, rodaré en Asturias mi primera película como director a partir de un guión original mío de la que de momento no puedo contar nada.

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