Los padres son a veces unos grandes desconocidos para sus hijos, relaciones llenas de zonas de sombra que se suelen complicar con la vejez y que han servido de argumento a varias de las mejores novelas gráficas de 2015, como ¿Podemos hablar de algo más agradable?, de Roz Chast.

La dibujante norteamericana logra con este título autobiográfico, que narra los últimos años de vida de sus progenitores -un humilde matrimonio judío que reside en el Brooklyn más destartalado-, una emocionante reflexión sobre el cariño y la impotencia vital que genera ser testigo de la decadencia y la muerte de los seres queridos. Con un dibujo sencillo y unos textos que no se ciñen únicamente a las viñetas, sino que incorpora cartas, poesías y pequeños relatos sobre la vida de sus antepasados directos, Chast no obvia ningún aspecto de todo este proceso que nunca tiene final feliz, con una mezcla perfecta de realidad, dramatismo y comicidad, sin filtros edulcorados.

¿Podemos hablar de algo más agradable? (Reservoir Books), fue finalista del Book Award en EE UU y además se "coló" en la lista general de los mejores libros del año para The New York Times.