La obra Amor hasta los huesos, del pintor canario Juan Ismael, acaba de incorporarse a la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Mncars). El Estado, al que pertenece dicha institución, se hizo con el cuadro surrealista tras ejercer el derecho de tanteo (adquisición preferente en la transmisión de bienes culturales) por 16.000 euros durante una subasta reciente, afirma un portavoz de Segre en Madrid. El cuadro pintado en 1935 salía con un precio de salida de 4.000 euros

La pintura del artista nacido en 1907 en La Oliva (Fuerteventura) y fallecido en Las Palmas de Gran Canaria en 1981 es la segunda del creador -la precede Composición surrealista, de 1939- que pasa a formar parte de los fondos del Reina Sofía. Amor hasta los huesos contiene en su ficha de procedencia la Galería Multitud, un espacio efímero de Madrid -duró cuatro años- y emblemático por su activa recuperación de la vanguardia artística española en el contexto de la primera transición democrática. En este espacio expuso en 1975 Juan Ismael en la colectiva Surrealismo en España. Antes de llegar a la colección estatal, la obra se encontraba entre el patrimonio de los herederos de un coleccionista de Alicante. Segre tiene otro cuadro del artista, Árboles y escaleras (1947), que sacará a subasta.

El trabajo artístico de Juan Ismael obtiene su principal reconocimiento del surrealismo, movimiento que llega a España de manera tardía. Tenerife sería su destino geográfico nacional más llamativo al recibir en 1935 la primera exposición surrealista en el país. La organiza el grupo que aglutinaba la revista Gaceta de Arte, con obras de Picasso, Dalí, Óscar Domínguez, Man Ray o Duchamp, y la presencia imán en la Isla del pope del surrealismo, André Breton, y su esposa, Jacqueline. Precisamente, de ese mismo año es el cuadro Amor hasta los huesos. En 1936 participa en Barcelona, con Ángel Ferrant y Maruja Mallo, en la Exposición Logicofobista.

La trayectoria del creador de Fuerteventura, donde hay un centro de arte que lleva su nombre, es compleja y extensa. Abarca la pintura, el dibujo, el grabado, la ilustración periodística (en Diario de Las Palmas), el fotomontaje, la poesía y el ensayo. Vivió en Madrid, Barcelona, Salamanca y Bilbao. Fue condenado a dos años de cárcel acusado de masón y comunista tras una denuncia anónima; la pena se le conmutó con el destierro a Canarias. Se exilió en Venezuela, siempre en la necesidad de abrirse camino entre trabajos en precario y la creatividad del estudio.

En su carrera destaca el paso por la Escuela Luján Pérez, la revista Planas de Poesía con los hermanos Millares y también su adscripción a Ladac, grupo de los cincuenta integrado por Manolo Millares, Felo Monzón y Plácido Fleitas, entre otros artistas que trataban de salir adelante bajo la dictadura franquista y el deseo de reconquistar espacios de libertad bajo un estado de vigilancia y un ejército civil de delatores.

"Estamos ante un artista cuyo surrealismo es el más puro en lo que es el ámbito de las Islas Canarias. Pero yo resaltaría que es el único pintor de las vanguardias que trata el mar entre sus temas, y que tiene también una obra artística muy conectada con la literatura, con la expresión escrita", subraya Ángeles Alemán, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). En 1992, el poeta Eugenio Padorno publicó bajo el expresivo título Dado de lado su poesía completa, corregida por el propio Juan Ismael.

Todo este compendio lo convierte en una rareza, en un artista seguido por los coleccionistas por su poca producción pictórica. ¿La explicación? Juan Ismael era un creador que actuaba en varios frentes a la vez -también en la cerámica y el teatro- y además sufría largas depresiones que le llevaban a un aislamiento melancólico. En la firma Segre desconocen si el Estado utilizará de nuevo el derecho de tanteo para hacerse con Árboles y escalera, el otro cuadro del pintor que sacarán a subasta.

Amor hasta los huesos, un título coherente con la raíz literaria de su autor, tiene tras sí otro fetiche, si vale la expresión. Viene de 1935, una fecha bisagra en la historia de España, de la República a la Guerra Civil, un periodo que devuelve al momento cultural previo al franquismo. Una circunstancia que aumenta el interés, en especial del Reina Sofía, deseoso de cerrar lagunas en su coleccionismo en lo que se refiere a la historia del arte en España y sus movimientos.