Antes que nada, ¿en qué escena podemos identificarle bajo la armadura blanca y metálica de los stormtroopers
La escena más notable que puedo destacar es aquella en la que Kylo Ren, el villano de Star Wars: El despertar de la fuerza, llama a los guardias encolerizado porque descubre que Rey se ha escapado de la base Starkiller. Entonces, aparecen dos stormtroopers por el pasillo, que se dan la vuelta al ver a Kylo Ren otra vez fuera de control. Yo soy el stormtrooper de la derecha. Aquella escena la dirigió J. J. Abrams y, al filmar la definitiva, Carrie Fisher, la Princesa Leia, se acercó a nosotros para darnos la enhorabuena. De locos.
¿Cómo consigue situarse en la primera línea de las tropas de asalto de Star Wars
Cuando me seleccionaron como extra, tuvimos un entrenamiento militar con un marine norteamericano, Paul, que nos comunicó que se necesitaban líderes de escuadrón. Me ofrecí como voluntario para dirigir las tropas y superé la prueba así que, finalmente, entre los 75 soldados imperiales que figuran en las batallas grandes, pude estar entre los 12 líderes que constituyen, por así decirlo, el núcleo de stormtroopers de las escenas más grandes de la película. Esto suponía tener la oportunidad de interactuar con los actores, como, por ejemplo, algo que jamás imaginé: agarrarle el brazo a Han Solo (Harrison Ford) en plena batalla para arrebatarle el arma.
¿Y cómo accedió al 'casting' de la película, que se desarrolló en un absoluto secretismo?
Cuando me trasladé a Londres en febrero de 2013, movido por mi vocación de vivir del mundo del cine, me metí en distintas agencias de extras y sabía que, por aquel entonces, estaba a punto de comenzar el rodaje de Star Wars: El despertar de la fuerza, en 2014. Siempre he sido muy fan de Star Wars, pero ignoraba qué agencia podía tenerla. En ese periodo, trabajé como extra en películas como The Program (Stephen Frears) o Everest (Baltasar Kormákur), hasta que un día conocí, casualmente, a una tinerfeña que me puso en contacto con Kate McLaughlin, de la Agencia Pop, que buscaba extras para una película. Yo no sabía que esta empresa había abierto en exclusiva para contratar a los figurantes y extras de El despertar de la fuerza y, cuando me enviaron los primeros emails, hacían referencia a una película llamada AVCO, que no me sonaba de nada. Cuando la busqué en Internet, me salían imágenes del Teatro Chino de San Francisco, que es donde se estrenó por primera vez La guerra de las galaxias: Una nueva esperanza, en 1977. Se trataba de un nombre en clave pero, cuando me confirmaron como extra, viví con esa incertidumbre hasta el final, porque nunca me revelaron que se trataba de Star Wars hasta mi primer día de rodaje.
¿En qué otras escenas memorables podemos distinguirle?
En la batalla de Jakku contra los pueblerinos, el stormtrooper que dispara a la izquierda de Finn, cuando éste se niega a disparar, soy yo. Esa fue la primera vez que me dirigió J. J. Abrams, quien se acercó a mí y a otro compañero para darnos instrucciones precisas sobre a dónde teníamos que apuntar, porque la cámara iba a enfocarnos directamente a nosotros.
¿Coincide con el elenco principal en el magnífico trabajo de J. J. Abrams en la dirección?
Sin duda, aunque yo no lo traté tanto como lo pudieron tratar el resto de actores principales. Antes de conocerle, yo ya lo admiraba mucho por la serie Perdidos o las películas de Star Trek y Super 8. Te contaré otra anécdota: yo trabajo también en la tienda de cómics Forbidden Planet, en Londres. Y resulta que, durante el rodaje, J. J. entró en la tienda, intentando pasar desapercibido, para hojear unos libros de arte de Star Wars. Me acerqué y le señalé que estábamos trabajando juntos en el Episodio VII, y me dijo que estaba muy contento con nuestro trabajo. A partir de ahí, ya me reconocía en los rodajes como "Dave, el de la tienda".
¿Cuál fue la mayor dificultad que afrontó durante el rodaje?
Nosotros rodamos durante 40 días en los Estudios Pinewood, en las afueras de Londres, en escenarios al aire libre. Los stormtroopers principales teníamos que pasar más de 13 horas con la armadura puesta; ya era como una segunda piel, y se necesitaba a dos personas para ponértela y quitártela. Lo peor que pasé fue que me fracturé el codo en una de las escenas del desierto, pero me recuperé bastante rápido y seguí rodando.
¿Alguna anécdota que desvelar sobre los entresijos del set?
Lo cierto es que Carrie Fisher fallaba mucho, le costaba mucho. Si hubo algún enfado por parte de J. J. en el rodaje, te aseguro que fue durante las escenas con ella. Pero, al final, quedó todo perfecto. Con respecto a la escena en la que nos alejamos de Kylo Ren cuando entra en cólera, la rodamos muertos de la risa. Hubo que repetirla un par de veces porque, al principio, quedaba algo exagerada, no sabíamos qué hacer y la idea del guión era introducir elementos de humor, pero sin pasarse. Al final, la escena ha gustado mucho.
Como espectador y participante, ¿cuál es su opinión sobre el resultado final de la película?
Me gustó muchísimo la película, creo que es muy entretenida y, como fan de Star Wars, le doy el visto bueno. Yo sólo pude acceder a una versión muy limitada del guión, porque sólo lo tenían las personas que lo tenían que tener, aunque al final te enterabas de lo que sucedía en las escenas porque, claro, tú las rodabas. Pero, cuando vi el resultado final, me encantó cómo funcionaron los nuevos personajes que, además, me parecen muy buenos actores. Y, por supuesto, los actores clásicos, maravillosos. ¿Con qué me quedo? Sin duda, con poder ver a Han Solo de nuevo en la pantalla, a bordo del Halcón Milenario, que pude ver y tocar en directo. La primera aparición de Han Solo y Chewbacca me parece brutal.
¿Volverá a las filas de la Primera Orden en el Episodio VIII?
Ya se ha confirmado mi participación, otra vez, en el núcleo principal de los stormtroopers. Algo que sigo sin creerme, como sigo sin creérmelo cuando me veo en el Episodio VII. Desde muy, muy pequeño he sido muy fan de Star Wars -tengo unas 2.500 figuras en mi colección- y, cuando digo que es un sueño hecho realidad, es porque ya puedo morir tranquilo.
