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Música La banda sonora de 2015

La escena canaria se desmelena

El country y blues de Red Beard, la psicodelia de Solo Astra, o la melancolía pop de Pumuky y Miniatura, se llevan buena parte de los méritos discográficos de 2015

La escena canaria se desmelena

Melancolía pop, country, blues y folk, experimentación alrededor de la electrónica, psicodelia, rock de la vieja escuela y metal con denominación de origen. Esta es la suerte de estilos que barnizan la cosecha discográfica de cuño canario en el pasado 2015. Con dos sellos discográficos insulares, ambos de raíz tinerfeña, como referencia de lo que se cocina con regularidad en las Islas, caso de El Hombre Bala y Los 80 Pasan Factura, el paraguas de la autoedición y el micromecenazgo, y las nuevas referencias de bandas canarias en disqueras nacionales, como Sony, Jabalina o El Genio Equivocado, se conforma un interesante mosaico que invita a celebrar el buen estado de la creación musical en las Islas. Cosa distinta es el mercado y los estrangulamientos de la insularidad, que cada cual esquiva según las circunstancias.

Antes de entrar a desmenuzar el glosario de nuevas producciones discográficas en 2015 conviene subrayar los nombres propios que han posicionado su música dentro y fuera de Canarias, y que han sido noticia por razones artísticas diversas. De un lado los grancanarios Red Beard, Efecto Pasillo, The Good Company, Fajardo, The Birkins, Lunati-K, Miniatura, Solo Astra (antes El Viejo Astra), Lunático 22 (el nuevo proyecto de César Pérez Cabrera, de Ojalá Muchá), Mondo Diávolo, Said Muti, Sunday German Flowers, La Perra de Pavlov, Superalejandrito , Luis Merino o Yul Ballesteros, entre otros; y de otros canarios que juegan en otra liga y que tienen la suerte artística y el público de su lado, como Nestakilla, Fuel Fandango, El Guincho o Papaya. En el capítulo de bandas emergentes, y sin salir de Gran Canaria, Texxcoco, el trío que lidera Adriana Moscoso, se llevó el primer premio del concurso Capital Sonora en 2015. Año de doblete para Moscoso, ya que en abril pasado y al frente de otra banda de estilo totalmente distinto, ganaba otro concurso, Lo Más Crujiente, con Chasing Birds.

Lejos de las carreteras secundarias en las que se mueve el grueso de los artistas canarios, los grancanarios Efecto Pasillo no paran de sumar en positivo. Su tercer álbum Tiembla la tierra les puso de nuevo en gira por toda la geografía española y distintas ciudades latinas. En el otro extremo está Red Beard, el proyecto que comanda Jaime Jiménez Fleitas. La suerte de blues, folk y country que predica a la sombra de Johnny Cash, no solo se tradujo en la edición de dos discos, casi generosos Ep's con el título de Nobody's Gonna Bring Me Down, vol 1 y 2 (Read Beard Records), sino que le llevó a recorrer los escenarios nacionales y situarse como banda revelación en medios especializados.

La etiqueta de disco del año, entre la veintena o treintena seleccionados por distintas revistas y publicaciones on line ya tenido en cuenta el pop emocional y quebradizo que se encuentra en los nuevos discos de Pumuky, Miniatura o Fajardo. La banda que lidera Jair Ramírez presentaba Justicia poética (Jabalina), cuarto álbum que supuso resetear el proyecto en cuanto a formación y paleta sonora. De Fajardo, la crítica sitúa su segunda entrega Arrullo magnético como un caramelo de la irreverente canción de autor que predica. Y Miniatura, con Eduardo Briganty en formato unicelular, no ha parado de recibir halagos a su tercer disco Estrategias de perdición (El Hombre Bala), que como relata el protagonista, "el idioma cambió el concepto de Miniatura".

Notable ha sido el tercer disco de The Birkins, Souvenirs (El Genio Equivocado). Un álbum que balancea nuevamente el inglés y francés y que hace que los grancanarios afloren su vertiente más pop, casi como estampas, pasajes de vida y música que les han acompañado en las idas y venidas a los estudios jerezanos de Paco Loco, a quien volvieron a confiar la producción.

Otro trabajo mayúsculo que reverencia el rock y la psicodelia es Exofase, de los grancanarios afincados en Madrid Solo Astra. Nueva etapa para El Viejo Astra, que hacen bueno los pronósticos de su anterior Estudio Dos.

Canarios en órbita

De músicos canarios con residencia fuera de las Islas, Fuel Fandango prepara su tercer álbum tras los miles de kilómetros recorridos por la geografía mundial con 13 Lunas; Papaya, el proyecto de Yanara Espinoza se estrenaba con nota con el aplaudido No me quiero enamorar (Jabalina); y Pablo Díaz-Reixa, El Guincho, tras colaborar con Björk en la producción de Biophilia, sorprendía con su tercer largo Hiperasia, un tercer capítulo en su discografía que se ha lanzado en formato weareable antes de su lanzamiento en las plataformas digitales.

En este apartado destaca un trío palmero con residencia en Madrid: Los Vinagres. La disquera Sony les echó el guante y editaron El canto de la morena, rock cafre de baja fidelidad, deudor de Gories y la primitiva Blues Explosión, cuyo sonido recuerda descaradamente a bandas como Guadalupe Plata.

A falta de medios, se impone la financiación colectiva. El micromecenazgo ha empujado que se armen varios proyectos entre las dos capitales canarias. De un lado, Mondo Diávolo para el lanzamiento de su primer álbum Un lugar para volver, pendiente de publicación. Al igual que el estreno en formato largo de Said Muti, con producción de Alejo Stivel y del que se conoce el single De tripas Rock 'N' Roll. Otro crowdfunding resuelto con éxito fue el de los también grancanarios La Perra de Pavlov con Crónica de un movimiento, en un guiño a sonidos bailables llevando a su terreno a Two Door Cinema Club y Foals. En esta parcela subrayar a The Good Company con su tercer álbum The Walden Year, al que le queda recorrido en 2016. Otro micromecenazgo en marcha y en Tenerife, es el impulsado por Las Ratas para su quinto álbum Spanish Bukkake.

El jazz grancanario deja, entre otros, dos referencias casi de cabecera, las firmadas por Luis Merino, su estreno con un ejercicio de fusión elegante denominado Blacky; y el pulso del también guitarrista Yul Ballesteros, que se retrataba con Nine tales from the inner space, su tercer trabajo en solitario. El rap sigue creciendo en espectro y público, y si hay un nombre a enmarcar en 2015 es el del grancanario Néstor Román. Como Nestakilla facturó su álbum Crisálida (BOA).

El 2015 hizo posible el reencuentro musical con Alejandro Ramos. El productor y músico grancanario despachaba el Ep Ejercicios Espirituales trayendo al presente el espíritu de los años 90 con Hermanitas. Otro músico que emprendió camino en solitario es César Pérez con el evocador estreno Flight Ticket, referencia a tener en cuenta en un año en que otro de los proyectos en los que participa, The F.E.O.S. echaba el cierre tras el lanzamiento de un segundo disco, de producción casera, There is a Life Beyond.

En solitario y bajo el alter ego de Sunday German Flowers continúa generando música Domingo Alemán. El tercer trabajo bajo este nombre, aparecido en 2015 y en un estilo próximo a Mark Lanegan, coincidió con el cierre de la disquera Ruin Records que Alemán puso en marcha en 1995.

De otra parte, el metal insular deja trabajos como el segundo de los grancanarios Underground Kombustible, que marcaban a fuego su espacio con Cuaderno de Bitácora; o los tinerfeños O.D.I.O. con su enérgico The Mourner. El punk tiene igualmente bandas y seguidores y ahí queda el recopilatorio Gentuza Vol I. Rock'n'retrete impulsado por Malformaciones Kongénitas; o el Ep en vinilo Suena a silencio, de Represión 24 Horas.

La etiqueta revelación por Tenerife reposa en Noiseed, el dúo de pop electrónico que forman Sergio Torres y Omar García, ganadores del concurso Lala Core, de quien se espera su primer disco en 2016; y en Dai Endö, que merecieron los segundos puestos en Capital Sonora y ULL Rock. Los notables de la escena tinerfeña forman parte, en su gran mayoría, de la escudería de El Hombre Bala. Y fruto del empeño de Julio Delgado, mentor del sello y local, vieron la luz nuevas referencias de Postman, Jorganes, Audiometría, KOmanec1, además de los grancanarios Miniatura. Mención especial merece la asociación con Los 80 Pasan Factura que se tradujo en el lanzamiento en vinilo de El diablo es devil, de Brutalizzed Kids, y el reciente disco de remezclas Diablo & Remix'ZZ, que llegaba en el epílogo de 2015. Un año de lujo para la banda tinerfeña por cuanto su tercer trabajo discográfico mereció el reconocimiento al mejor álbum de metal en los VIII Premios de la Música Independiente.

Destacar el pulso de Postman, que comenzó el año con el Ep Rejuvelac (El Hombre Bala) y lo cerró con el doble CD autoeditado Duality, de las mejores referencias de electrónica el año; y Jorganes con el no menos espectacular Science Was Wrong (El Hombre Bala).

La disquera y editorial Los 80 Pasan Factura, proyecto que dirige Jonathan Delgado, sigue fiel a su filosofía de recuperar la memoria histórica. Y fruto de ello llegaron los discos de DUE y Arte Moderno; el disco libro de Facies, donde Carlos Catana relata la historia con todo lujo de detalles; las ediciones históricas en colaboración con la Asociación del Disco Canario de los singles de Los Crich y las grabaciones de Los Tipos en el Galdós; el homenaje a Domi Delgado en su rol de El Humano Marrano y Música para subnormale; las postales con código QR para El otro sur, de Peregrino; y la colaboración con Bicho Raro y Kamilosetas Muskaria para el Tributo a Guerrilla Urbana con 35 grupos. Casi nada.

Keiko, Evil Mr. Sod, The Cassavetes, King'L Man, One Free Fadar, Sex Sodio Sullivan y Blue Rondo, entre otros fueron nombres propios de un año que deja huella.

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