El tenor Juan Diego Flórez fue el foco de atención de la puesta de largo del 32o Festival de Música de Canarias. El concierto inaugural, celebrado anoche en el Auditorio Alfredo Kraus, con aforo al completo, depositó en la figura del cantante peruano Flórez por segundo año consecutivo la apertura del festival europeo de invierno. Si el pasado año, lo hacía estrenando el Auditorio de Fuerteventura acompañado al piano por su habitual colaborador, el pianista Vincenzo Scalera, anoche tuvo a su servicio a la Filarmónica de Londres.

La formación británica conducida por el estadounidense Christopher Franklin, dio muestras de su categoría en un programa a la medida de Flórez, entre arias de ópera de los compositores de cabecera que ha frecuentado y han cimentado su repertorio, piezas de zarzuela, y alguna licencia caribeña con la complicidad del guitarrista grancanario Javier Infante. Un popurrí con pieza de Lecuona y otras populares puso del revés la diplomacia sinfónica habitual que preside un evento de este tipo. "Después tenemos sorpresa", advirtió el cantante. Dicho y hecho, porque es un gesto que siempre hace al término de los recitales. En Fuerteventura también lo hizo.

Un "programa variado y bonito" para la apertura del Fesival canario en 2016, según detallaba el tenor antes del concierto que comenzó con Mozart y Gounod. La obertura de La flauta mágica fue la tarjeta de presentación de los británicos con Franklin, quien frenó brevemente el comienzo hasta que dejara de sonar un inoportuno teléfono móvil. Tras la obertura, pisaba el escenario Juan Diego Flórez que fue recibido con una cálida ovación para interpretar el aria Dies Bildnis. La obertura de Cosí fan tutte permitió el brillo de una Orquesta y de un director cuyo cometido era arropar la voz de Flórez. El cantante se quitaba protagonismo, y dejaba claro antes de la inauguración que "también se va a lucir la orquesta, puesto que en medio de estas arias hay piezas orquestales donde la orquesta toca sola y se puede lucir mucho".

Del Mozart popular de Un aura amorosa a piezas de juventud como D'ogni Colpa, parte del oratorio de La Betulia Liberata y que compuso Mozart con 12 años, "muy florida y muy bonita", según Flórez. La primera parte del concierto se cerraba con Gounod y las arias Danse de Phryné y L'amour, l'amour, de Fausto y Romeo y Julieta, para tras una pausa encarar un repertorio de zarzuela con piezas de El último romántico, Doña Francisquita, y regresar de nuevo al repertorio italiano de ópera con Verdi y Donizetti. Del primero, Flórez rescató Parmi veder le lagrime y La donna è mobile, ambas de Rigoletto; mientras que de Donizetti hizo Ah! Mes Amis, de La hija del regimiento, tras la obertura; y fuera de programa, ya en los bises, la esperada Una furtiva lágrima, de El elixir de amor, de Donizetti.

Al tenor le apetecía un programa de este tipo. "Para mí es difícil hacer programas de conciertos. Quise volver a Mozart porque hace mucho que no lo canto. Lo he hecho bastante en concierto pero no en opera y quería volver. Y volver a la zarzuela. A veces la selección del programa se hace basándose en la nostalgia, pero también en la necesidad".

La primera jornada del Festival vivió su primer éxito de taquilla y público, con presencia de aficionados desde la apertura de puertas una hora antes, con todo el papel vendido desde hace semanas, e incluso algún rezagado suspirando, cartel en mano, por un reventa. Pese a todo, se vio algún claro en el patio de butacas justificado con las bajas de última hora. La etiqueta se impuso y la ocasión sirvió el escenario para la reunión de entendidos, para los melómano y también para el debate.

Fernando Clavijo presidió el acto, por primera vez, como jefe del ejecutivo canario. Este indicó que se trata del festival " más importante, posiblemente, de Canarias". El presidente destacó la capacidad del certamen para sobrevivir a la etapa de crisis y del recorte presupuestario. Además, destacó la presencia de Flórez, que en las islas se le tiene un gran aprecio y que él también siente por Canarias.

Junto a Clavijo estuvo, como representantes del Gobierno regional, la consejera María Teresa Lorenzo, el viceconsejero Aurelio González y la directora general, Aurora Moreno. Estos compartieron palco con el artista grancanario Pepe Dámaso. El pintor se declaró "recuperado, feliz y guapo" tras las últimas complicaciones de salud. Dámaso no sólo valoró el festival como uno de los eventos culturales más importantes de la oferta canarias sino que, con cierta envidia sana, deseó un proyecto de la misma entidad para el resto de las artes. "Ojalá la pintura hubiera uno con el mismo concepto y categoría internacional", señaló.

Dámaso recordó la figura de Rafael Nebot, gestor cultural y su papel como primer director del Festival. "Él me presentó este proyecto cuando tan solo era una idea y he visto por todas las vicisitudes que ha superado", aseguró para congratularse de su supervivencia ante la complejidad presupuestaria. Yo entiendo la critica hacia el elitismo, la crisis y que hay necesidades sociales que son prioridades pero no nos podemos olvidar también del espíritu, de las humanidades y de la cultura. Este festival hay que mantenerlo", señaló. Aún así, Dámaso explicó que le gustaría una mayor apertura social de esta propuesta para que fuera más popular y accesible al gran público: "Me gustaría ver a la gente que por recursos no puede venir a estas citas y también a la juventud para que descubra la importancia que tiene la música para la vida, porque la música, más incluso que la pintura, eleva el espíritu y nos hace mejores", finalizó tras señalar que sin la ayuda del género clásico él no puede trabajar.

Jerónimo Saavedra, diputado del Común, exministro socialista y expresidente del Gobierno de Canarias, señaló que deseaba ver al tenor Juan Diego Flórez. Además, este reputado experto en música clásica, aseguró que le interesa "enormemente" la presencia del oboísta español Lucas Macías, la orquesta Festival de Budapest por su batuta, Ivan Fischer y la presencia de Javier Negrín, "que es un pianista canario fantástico. Sin embargo, señaló que la presencia de los Niños Cantores de Viena es "podría haber venido a taquilla abierta en el Auditorio fuera del programa del Festival".

Pedro Quevedo, concejal del ayuntamiento de Las Palmas, reconoció la salud del certamen y . recomendó la cita de Matsuev, uno de los pianistas con más prestigio y con un concierto difícil como es Rachmaninov.