¿Qué particularidades tiene la pieza que va a interpretar?

Es una obra que Strauss acabó cuando estaba exiliado en Suiza, y la escribió a la vez que el ejercicio para cuerda que hoy se titula Metamorfosis. Es una obra para orquesta de cámara y oboe que no se conoce mucho en España. Pero, en Centroeuropa sí se toca bastante. El papel solista del oboe es muy reducido. Incluye un concierto de Mozart, mucho en el Barroco con Bach o Vivaldi, y en el Romántico los conciertos de Strauss.

Heinz Holliger fue, sin embargo, un maestro en desarrollar el interés del instrumento.

Lo sacó de sus límites a un espectro totalmente nuevo. Descubrió lo que son los multifónicos, los tipos de técnicas que se pueden pedir hoy en día y gracias a sus relaciones con otros compositores como Luciano Berio o Bruno o Bruno Maderna, compusieron para él muchos conciertos.

¿Conocía al Festival de Música de Canarias?

Cuando era estudiante yo escuchaba a menudo que nombres de tanto prestigio como la Filarmónica de Berlín iba al Festival de Canarias. Y yo me preguntaba, ¿qué pasa en Canarias? El Festival ganó un prestigio tremendo que sigue teniendo incluso en Centroeuropa.

¿Cómo definiría la pieza que va a interpretar junto a la Filarmónica de Gran Canaria?

A nivel técnico, a nivel de respiración, es muy difícil. Está llena de grandes frases y líneas que te piden una técnica bastante buena y sólida. Y musicalmente requiere la visión de una melodía infinita. Son frases que se pueden desarrollar durante dos o tres minutos. Y luego hay que interpretarla junto a la orquesta que no es un elemento para Strauss típicamente de acompañante, sino que casi todos los instrumentos gozan de solos. Prácticamente diríamos que es una pieza para oboe solista, pero como si fuera una orquesta de cámara.