El Club LA PROVINCIA inauguró ayer la exposición conjunta de Hugo Scornik y Javier Rodríguez Romero, titulada Dualidades dobles, una retrospectiva a cuatro manos de la carrera y obra de dos artistas que se conocieron hace ya 40 años.

El bonaerense Hugo Scornik cuenta que Javier Rodríguez Romero fue una de las primeras personas que conoció al llegar a la Isla a principios de los años 70. Sus destinos se unieron a través de los estudios compartidos en la Escuela de Arquitectura y ahora, tras medio siglo de singladura profesional y artística, ambos vuelven a coincidir en la tercera exposición de Hugo Scornik en el Club LA PROVINCIA y también, aunque por separado, la tercera de Rodríguez Romero en este espacio.

Dualidades dobles reúne una amplia muestra de la obra de ambos artistas. La exposición supera las 40 piezas y combina técnicas de acuarela, óleo y acrílico, así como creaciones digitales de Kinrocs, nombre artístico de Hugo Scornik Gerstein. El artista argentino es el promotor de esta exposición y el responsable del encuentro a cuatro manos. Este cuenta como esta iniciativa surge a partir del interés por exponer una serie de cuadros, en los que el artista juega con primeros planos de manos, redescubiertos durante una mudanza. En un primer momento el material era escaso por lo que contactó con Rodríguez Romero. "Después me di cuenta de que tenía bastantes cuadros pero no la energía para exponerlos en solitario", confiesa satisfecho de volver a compartir galería con su colega de pinceles como ya han hecho, "a pesar de que nuestras creaciones son distintas".

La exposición, según explica el artista argentino, es heredera de la muestra Dualidades expuesta en esta galería en 2008 y 2011. En estas ya recogía su interés por el mundo digital y el protagonismo de una serie de figuras entre estatuas y seres vivos que proyectan líneas y sombras enigmáticas.

"Empecé a investigar esta técnica hace unos años y la verdad es que me va muy bien", explica éste ante obras con títulos como Mujeres del coro, La mujer murciélago o el Fantasma de Jimi Hendrix. "A veces me salen abstractas y otras veces no", señala el artista de Buenos Aires antes de explicar como se inspira en absoluta libertad y "pinto lo que me sale", para después, según el resultado, "los pongo en fila y los bautizo".

Javier Rodríguez Romero, artista grancanario de tendencia abstracta, desarrolla en la actualidad su obra con la pintura al óleo como principal técnica expresiva, después de 20 años de practicar la acuarela. Mientras, Scornik alterna épocas de óleo con el uso de herramientas digitales, un universo estético y visual que ha cobrado un gran protagonismo en su producción artística durante los últimos años. Quizá por este motivo, Javier Rodríguez señala que aunque la carrera y creaciones de ambos artistas tiene lineas paralelas y algún punto de confluencia, a grandes rasgos "uno va por un lado y el otro por otro distinto".

La obra de Rodríguez Romero expuesta en el Club LA PROVINCIA ofrece una visión retrospectiva sobre su carrera. Sus trabajos están inspirados en horizontes reales de la geografía canaria y se inspira en elementos naturales, como las playas, los barrancos y paisajes de los fondos marinos, para después interpretarlos bajo una mirada construida con técnicas abstractas.

"Son todos paisajes muy nuestros", explica un artista que además destaca por el uso del color. "Por esto me han intentado agenciar con la obra de Néstor de la Torre, pero yo siempre digo que somos hijos de las mismas playas y de los mismos cielos", expresa este sin esconder el halago que representa esta comparativa. En los cuadros de este pintor grancanario domina el monocolor pero, en la misma se integra casi toda la gama cromática. Ayer se inauguró la muestra con una notable presencia de público.