"Canarias siempre ha sido una gran plataforma artística, por lo que ya toca olvidar cualquier tipo de complejo. Ya no somos un proyecto. Somos una realidad como artistas universales". Así de claro y contundente se expresó ayer el pianista grancanario Iván Martín, antes de su concierto en la 32a edición del Festival de Música de Canarias. Nombres como los de Javier Negrín, Gustavo Díaz-Jerez triunfan en la escena internacional. Martín extendió este auge al resto de instrumentos, con mención a Jorge Robaina, y explicó que buena parte del mérito de la explosión de músicos del Archipiélago se debe a "la generosidad de las generaciones anteriores que decidieron dedicarse a la docencia para transmitir su experiencia y conocimiento".

El músico grancanario, que colabora con la mayoría de orquestas españolas y algunas de las más valoradas en Europa, ofreció ayer un arreglo propio de los conciertos numero 1 y 2 de Fréderic Chopin, en su estreno artístico sobre el escenario del Teatro Guiniguada. El pianista, en su cuarta participación en el Festival, estuvo acompañado por ocho músicos de la Galdós Ensemble (cinco violines, chelo, viola y contrabajo) e interpretó una adaptación sobre una versión anónima que parte de un proceso investigador realizado por él mismo, y que le obligó a sumergirse en la correspondencia del compositor polaco para poder situar temporalmente sus arreglos.

"Estos conciertos para piano se suelen interpretar con una orquesta sinfónica, pero el propio autor realizó un arregló para un cuarteto de cuerda y piano", apuntó. El pianista explicó que Chopin padecía pavor a los grandes espacios por lo que fue un habitual de las salas con aforo para cien personas de la escena parisina. Por este motivo, el pianista polaco, que compuso estos conciertos con 18, 19 y 20 años, realizó un arreglo para un cuarteto de cuerda y piano que no fue bien recibido por público y crítica. "A mis manos llegó de manera casual el manuscrito de un autor anónimo que se cree posterior y he trabajado durante varios años en recrear esta versión para recuperar la idea y ofrecerla al público".

Tanto la directora del Festival, Candelaria Rodríguez, como Iván Martín intentaron estrenar este proyecto en la edición de 2015, pero no pudo ser por problemas de agenda y finalmente se ofreció por primera vez al público en el Festival Chopin de Valldemossa, Mallorca, refugio de amor del polaco.

Martín actuó ayer con la Galdós Ensemble, una agrupación fundada en 2011 con una mayoría de músicos grancanarios, que pretende dar conocer un repertorio de acceso más complejo, "sin etiquetas ni fronteras en el repertorio". Martín dobló ayer funciones, para ejercer como intérprete y director, en la representación de ayer en el Guiniguada y que repetirá hoy en el Auditorio de Tenerife y el sábado en el Teatro Insular de Lanzarote. El pianista aseguró que prefiere el término, "más humilde" de concertador, una figura "habitual antes de la irrupción del gran sinfonismo y que, probablemente desde el violín, trabajaba con la orquesta", explicó éste.

El pianista grancanario cuenta, tras la de ayer, con cuatro conciertos en el Festival canario. Hace tres ediciones tuvo la oportunidad de compartir escenario con la Orquesta Filarmónica de Londres, dirigida por Vladimir Jurowski. Este encuentro le impulso en el panorama internacional. Por eso, el pianista alabó el impulso que ofrece para artistas del Archipiélago. "Más que un trampolín para los artistas canarios, el Festival siempre ha supuesto un escaparate de la realidad artística mundial, con las grandes orquestas dialogando de tú a tú con las canarias. Es una ventaja de la que nos tenemos que sentir todos muy afortunados", señaló además, como un momento clave en su formación, la experiencia de escuchar la cuarta y séptima sinfonía de Beethoven con Carlos Klieber al frente de la Orquesta de la Radio de Baviera en 1998.