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Entrevista a José Luis Gil

"El actor se encasilla más por el tipo de ofertas que le llegan que por el público"

"Me gustan muchísimo algunas películas de Woody Allen y pienso que otras se las podía haber ahorrado", cuenta el actor

José Luis Gil, sobre el escenario con Ana Ruiz, en un momento de la obra 'Si la cosa funciona'. LP/DLP

Si la cosa funciona es una adaptación de una película de Woody Allen. ¿En qué perfil de la obra de Allen la encajaría?Si la cosa funciona

Es una comedia que tiene mucho de Woody Allen. Él mismo dijo que el personaje que yo interpreto era él en un porcentaje muy elevado. Larry David hizo este papel pero es muy reconocible en Allen. Se considera intelectualmente superior y casi trata al resto como a una pandilla de gusanos con los que no merece la pena hablar. Prefiere aislarse en un ático del Bronx y en una vida tormentosa. Es ácido y desagradable según su propia definición. Luego no lo es tanto cuando se estructura una comedia que podía haber sido Pigmalión en Nueva York.

¿Siente que debe hacer de Woody Allen sin que lo parezca?

No. Yo agradecí mucho cuando vi que el precedente de la película era otro actor, porque si no parece que estás en la obligación de ponerte unas gafas de pasta. Eso me liberó de muchas cosas. Lo que había que hacer era otra versión, encarnada en un actor español y teatral. Lo sensato es coger los datos de la película, no obsesionarse con ellos y basarte en el libreto de la función para hacer una nueva versión. En el fondo era meterse en los zapatos de un personaje que está muy bien definido en el texto.

El director Alberto Castrillo se ha declarado admirador absoluto de Allen. ¿Y usted?

Yo voy y vengo. Las películas que me gustan de él me gustan muchísimo, pero hay otras que no me gustan tanto. No soy un incondicional y pienso que hay películas que se podía haber ahorrado. Pero si tuviera que ponerlo en una balanza ganaría lo bueno. Alberto Castrillo es un estupendo actor y director, es un gran conocedor de la obra de Woody Allen. Conoce que los monólogos de los 70 de los cuáles surge esta historia. Esto le permite impregnar la obra el aroma de Woody Allen, desde la música a los detalles. El público se imbuye totalmente en este universo.

Su personaje es un misántropo, malhumorado y neurótico, al menos inicialmente. ¿No compartirá usted alguno de estos rasgos con su personaje?

Espero que no, pero a lo mejor hay alguien por ahí que lo piensa. Pero bueno, cuando fui a ver la película dije que firmaba el 95% de lo que decía este hombre, porque todos hemos dado un viaje en ese lado pesimista de la vida. A mí me encantó la idea de hacer este personaje para decir que me considero una persona desagradable. Lo que pasa es que mi personaje, lo convierte en su forma de vida. Aunque se declara antipático, no lo es tanto y el público empatiza con él.

¿Le recuerda en algo a sus personajes de televisión?

No demasiado. El personaje de televisión es más simpático, aunque solo sea por estar en el lado perdedor, y suele inspirar cierta ternura, porque siempre están metidos en líos. Éste, al contrario, no quiere problemas, porque está harto y desprecia a la especia humana.

Fernando Tejero y Carmen Machi expresaron sentirse encasillados o atrapados en sus personajes televisivos y tuvieron que pagar un peaje en sus carreras para distanciarse de ellos. ¿Cómo lleva usted este tema?

Lo vivo inmerso en un trabajo del que estoy orgulloso y agradecido porque me parece muy digno. Yo podía haber renunciado en la tercer temporada, en la cuarta o en la quinta. Si sigo es porque existen unas motivaciones, más allá de lo que me paguen. Pero, el encasillamiento casi siempre viene de dentro. Yo no recibo peticiones del público para hacer de Juan Cuesta. En todo caso son las ofertas de trabajo que me llegan y por las cuales parece que solo sabes hacer de Enrique Pastor o de Juan Cuesta. Cuando uno no puede elegir hace lo que hay y si puedes elegir, optas por lo más conveniente. A veces esto pasa por lo contrario para distanciarte. Pero no es mi caso. Yo llevo haciendo teatro desde los 12 años y doblaje toda mi vida. No me siento en la necesidad de demostrar nada que no parta de la necesidad de disfrutar; haga lo que haga, sea comedia o drama. Creo que esto sí me lo debo. Me preocupa más hacer algo que me intereseantes que algo que me desligue de lo actual. A pesar de llevar tanto tiempo haciendo de Enrique Pastor, a mí me sigue gustando.

Aunque esta duplicidad puede generar situaciones graciosas. ¿Le ha tocado ser presidente de su comunidad?

Sí. La experiencia fue liviana. Yo vivo en una comunidad con pocos vecinos y lo viví con naturalidad. Solo hicimos una reunión y no tengo problemas con mis vecinos. No me hacen bromas cuando coincidimos en el ascensor. Otra cosa es cuando vas por la calle y la gente le hace gracia, pero normalmente no me repiten frases de la serie. Sí se produjo una situación divertida cuando vino un pintor. Preguntó por el presidente de la comunidad y cuando me vio a mí abrir la puerta se quedó asombrado. El hombre quiso mantener el tipo y se mantuvo serio pero se le veía como buscando una cámara, porque se debía pensar que era una broma de cámara oculta. A mí me pareció muy divertido por el esfuerzo que hizo el hombre. Le hablé de la escalera y esas cosas y fue una situación graciosa porque se quedó flasheado y no se atrevió a decir nada. Yo creo que estaba esperando que saliera una señorita con un ramo de flores para decirle que era todo una broma.

Creo que es usted un apasionado guitarrista de rock. ¿Qué guitarras tiene y cuáles son sus bandas de cabecera?

Sí. Me gusta muchísimo la música. Cualquier tipo. Mi abuelo era músico y creo que por ahí me viene. Para mí es fundamental y es verdad que tanto el rock duro como el heavy metal me interesa mucho desde los 13 años. Tengo tres guitarras eléctricas, que toco poco y son de consumo en la intimidad. Jamás tocaré para nadie porque, entre otras cosas, no he avanzado demasiado y siento mucho respeto por los músicos. Pero sí, las cojo, me entretengo un rato y poco más. Mi última adquisición se la compré a una compañera de trabajo. Es una Fender Telecaster del año 88 que me hacía mucha ilusión. Es muy bonita: roja y blanca. Pero he podido tocarla poco. Yo, si tengo ganas de ruido recurro a Led Zeppelin, Deep Purple, o los Thunder. Hay muchos. También me gusta Whitesnake y Rainbow. Me gustan los años 70. La base está ahí. Y los 90. También con Metallica.

Usted ha puesto voz a personajes como Buzz Lightyear, a los Fragels y actores como Hugh Grant o Woody Harrelson. ¿De cual se siente más cercano?

Es un tema complicado. Fueron muchos años de doblaje. Por la mañana hacía una pelicula y por la tarde otra, por lo que he doblado muchísimas cosas y es dificil de decir. Normalmente, es la gente la que lo valora. Brian de La vida de Brian se ha convertido en un personaje de culto y me la recuerdan mucho. Pero mis mejores recuerdos son papeles poco recordados como el de Daniel Day Lewis en El crisol o la atmósfera de El cuervo cuando no se hacían películas de cómics. De esas nadie me habla.

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