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Goya 2016 La fiesta anual del cine español

Andrés Santana: "Hicimos una película europea de alto nivel"

El productor se declara satisfecho por los cuatro Goyas para 'Nadie quiere la noche' en una gala en la que "cualquier película se podía haber llevado el premio"

Andrés Santana: "Hicimos una película europea de alto nivel"

"Hicimos una película europea de alto nivel y tuvimos mucha competencia en salas, y espero que ahora con estos premios Nadie quiere la noche se active de nuevo". Era la reflexión que hacía ayer tarde desde Madrid el productor grancanario Andrés Santana, que el pasado sábado recibió el Goya a la mejor dirección de producción, junto a la también grancanaria Marta Miró, por la cinta de Isabel Coixet. Es el cuarto busto que logra Santana en una dilatada carrera profesional que roza la veintena de títulos como productor, y que logicamente le ha reportado "una gran satisfacción" pese al "miedo escénico" que le vino cuando le tocó subir a recoger el Goya. Un premio que hace extensivo a todo el equipo de rodaje que se embarcó en esta aventura fílmica protagonizada por Juliette Binoche, con un presupuesto de más de sies millones de euros, cuyo rodaje se desarrolló entre Tenerife, Noruega y Bulgaria.

Cuatro Goyas se llevó Nadie quiere la noche. Al de dirección de producción, se suman los de maquillaje y peluquería, del que fue depositario el tinerfeño Paco Rodríguez, que logró su primer busto, compartido con el equipo que forman Sylvie Imbert y Pablo Perona; diseño de vestuario para Clara Bilbao; y mejor música original, premio que recibió Lucas Vidal.

Aunque la cinta de Coixet aspiraba a convertirse en la mejor película en la 30º edición de los Goya, y que su directora sumara un nuevo trofeo en su currículo, fue finalmente Truman, de Cesc Gay, quien obtuvo estos dos galardones. "Truman iba ser la ganadora", explicaba ayer Andrés Santana, en un palmarés "muy repartido, porque habían películas que estaban bien, y este año cualquier película podría haberse llevado el premio". Santana recordó la complejidad de un rodaje, que como había dicho anteriormente, "ha costado cinco años de mi vida" y que no habría sido posible llevarlo a cabo sin la complicidad de todos y cada uno de los protagonistas, técnicos y artísticos.

Entre bromas, Santana avanzó que "voy a seguir trabajando", quitando hierro a unas declaraciones suyas a este periódico tras conocerse las nueve nominaciones con las que partía Nadie quiere la noche, en las que subrayaba que tras el agotamiento por esta película casi había renunciado a hacer cine. "Mi vida es ésta y no se hacer otra cosa, aunque llegue un momento en el que piensas que vas a acabar, pero cuando te lo planteas, piensas ¿y qué voy a hacer?"

Una producción "potente"

El Goya a mejor dirección de producción por Nadie quiere la noche es compartido con Marta Miró, que el pasado sábado recibía su primer busto. "Es una producción bastante potente, y el hecho de rodar una película de época en el Polo Norte en condiciones muy duras hace que uses tu imaginación para lograr un buen producto", afirmaba Miró ayer desde Madrid, el día depués de la fiesta del cine español.

"Era inviable trasladar a todo un equipo a paisajes de nieve absoluta, fuimos a Noruega con accesos limitados, un hotel pequeño, y ocho semanas de rodaje no lo resistía nadie, e hicimos los interiores en platós en Bulgaria y Tenerife", relataba Marta Miró acerca del esfuerzo de producción que fue necesario asumir. En cuanto a los premios que se llevó Nadie quiere la noche y los que no tuvo, según los votos de la Academia, Marta Miró dijo que "tanto Isabel como Juliette se lo merecían. Juliette Binoche es una gran actriz que gusta a todo el mundo y a quien se respeta, porque además de maravillosa profesional es una excelente persona". La productora recordó que de cara al rodaje, la actriz francesa siguió una dieta de adelgazamiento para llegar al personaje, todo con "una sensibilidad tremenda". De Isabel Coixet dijo que "es una de las directoras que me gustan muchísimo, he disfrutado con sus películas, y trabajar con ella fue un lujo".

Marta Miró confía que el público que no había reparado en Nadie quiere la noche vaya a ver la película con el impulso que otorgan los cuatro Goyas. "Merece que la gente la valore, habrán espectadores a los que les gustará muchísimo, y otros que pensarán lo contrario, porque es lo que ocurre y es así, y desde luego, las que estaban nominadas eran grandes películas".

La primera nominación y premio en los Goya cogió a Marta Miró con el pie cambiado, y volcada en una serie para televisión".Estoy a tope con una serie muy potente y cuando conocí la nominación estaba muy estresada con este trabajo, y casi que no pude saborearlo. Y con todas las muestras de cariño que recibí entonces, eso era ya un premio para mí, pero ahora estoy muy feliz por tener en casa el cabezón."

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