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Entrevista a María del Mar Santana Falcón

"Domingo Rivero sigue el patrón de Shakespeare en 'Yo a mi cuerpo"

"El receptor británico verá en este libro su universalidad, pero sobre todo la calidad dentro del localismo", asegura la filóloga e investigadora

"Domingo Rivero sigue el patrón de Shakespeare en 'Yo a mi cuerpo"

¿Cómo surgió su interés por la figura de Domingo Rivero?

En un principio sólo iba a ser la traducción al inglés de unos poemas, pero su nieto, Pepe Rivero, fue quien me encontró y me animó a seguir investigando. De este modo, lo que podía haber terminado con esta edición acabó en una tesis doctoral que me permitió profundizar más y ahondar en su figura.

¿Hay alguna particularidad que convierta a su figura en especial en estos momentos?

Tanto él como Tomás Morales tuvieron la oportunidad de salir de viaje, ver otras visiones del mundo que los hacían diferente al hombre de su época. Mis inquietudes están orientada hacia su formación intelectual y la influencia de otros autores. Hay un dato que parece banal y se convierte en la base de todo y es la teoría antropológica de lo imaginario de Gilbert Durán que Padorno aplicó a su poesía.

Ha habido otros dos tesis sobre su figura antes que la suya.

La primera aparece en el año 67 y la hizo Jorge Rodríguez Padrón. Eugenio Padorno es el autor de la segunda sobre él y es una referencia. Traté de buscar la estructura de sus poemas, donde tiene importancia su infancia, juventud y vejez. Domingo Rivero empieza a escribir tarde, en 1887, según Padorno.

Su poema Yo a mi cuerpo

Es uno de los hitos de su senectud. Pero aparece publicado sin el consentimiento suyo y se mutilan palabras, se cortan versos, por lo que ese soneto merecía un lugar central en la tesis. Es importante desde el punto de vista de las ciencias cognitivas, que es un punto específico, como un zoom de la poesía y de ahí se despliega una dimensión que está basada en el movimiento de los propios poemas.

Pero usted propone una versión alternativa al poema.

Propongo una versión alternativa con respecto a la publicada y que sigue el patrón del soneto de Shakespeare. Es sabida la relación de Rivero con Shakespeare y la poesía británica. Hizo una traducción del poema de 1914 del soldado Rupert Brooke que se convirtió en un emblema en la II Guerra Mundial con el título de El soldado. Fue uno de los impulsores de la visita de Unamuno a Gran Canaria. Precisamente, a través del libro de sonetos de Unamuno De Fuerteventura a París, voy llegando a algunos puntos esenciales de la tesis. Yo lo vinculo desde muy pronto con Graciliano Afonso que lo puso en contacto con los profesores de san Agustín que pudieron introducirlo no sólo en la literatura, sino también en la traducción. Yo he incluido muchas notas a pie de página para explicar algunos versos.

¿Siguen un orden concreto su estudio de su poesía?

Sí porque son quince poemas. Empiezan con la Isla, luego se centra en su casa, su cuarto, vemos su figura, luego su propio yo. Escribió unos 150 poemas. Uno de sus libros, publicado en Acantilado, fue prologado por Francisco Brines de la Real Academia Española,

¿Por qué comienza a escribir?

Hay varias teorías. Hay quien dice que empieza a escribir toda esta poesía porque su hijo se enferma y se sabe que la noche que murió Juan compone una elegía a su nombre que hay quien dice que puede ser el inicio de todo.

¿Cómo definiría su obra?

Eugenio Padorno dice que Domingo Rivero es testigo de tres generaciones poéticas. Hay muchos elementos románticos, ruinas, oscuridad, y el uso del hipérbaton ha hecho que se le conecte con Gustavo Adolfo Bécquer. Del Modernismo adopta el soneto alejandrino, los endecasílabos y heptasílabos y los componentes sensoriales. De manera muy peculiar. Le dedica numerosos poemas a su sobrino-nieto. Tomás Morales muere. Luego fallece Antonio Quesada y queda Saulo Torón que entra en las vanguardias. Rivero comprueba esa nueva poesía, con su típica ironía ya que en su obra hay dos tonos: la ironía y el humorismo por un lado, y la reflexión metafísica por el otro, y eso es lo que más hay aquí y que lo hace universal.

¿Está reconocido como poeta como realmente se merece?

Está por conocerse mejor. Mucha gente tiene que hacerlo. El receptor británico va a ver en este libro su universalidad, pero sobre todo la calidad dentro de un localismo. Es muy íntimo, aborda sus objetos más directos. Hay un poema que se titula La silla, otro que es Los muebles de mi cuarto. Rodríguez Padrón y Eugenio Padorno admiran su capacidad de humanización de los objetos. Es muy universal y decía con frecuencia que Gran Bretaña era su otra isla.

¿Hasta qué punto es importante destacar su vinculación con Inglaterra?

Él estuvo matriculado en el University College London, en la Faculty of Art & Law. Nace en Guía, se examina en La Laguna y los padres insisten en que cambie su entorno en algún país europeo, pero ya había estado involucrado en cuestiones políticas y había sido elegido vocal de las juventudes republicanas de Las Palmas. Y se sabe que pasa por Marsella, París y Londres de 1870 al 73. Luego regresa, se casa, se establece aquí donde se hace miembro del Museo Tirso de Molina, abonado al Teatro, al Museo Canario. Le gustaba cultivarse.

¿Cómo cree que el libro va a ser recibido en Inglaterra?

Fue enviado al University College London porque fue un alumno de esta universidad y se merecía que mandara una propuesta de trabajo específico. Ha llegado a la universidad de Cambridge, Oxford, etc., para un receptor británico que puede que haya visitado su museo. Y se entregó en manos del Instituto Cervantes de Chicago con el que hay mucho vínculo.

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