Ayer, desde las 12.00 horas hasta las 19.00, en el hall del teatro Guiniguada, se habilitó un libro de condolencias, que sirvió como encuentro para todos los que conocieron a Manuel Feo y quisieron despedirse de él. Esa deci-sión se tomó una vez que se constató que la familia quería que el duelo por el gerente se celebrará en la más estricta intimidad. Así, durante esas horas fueron pasando por el hall del coliseo capitalino muchas personas del mundillo escénico a quienes la muerte de Manuel Feo había sorprendido en la mañana de ayer, para dejar testimonio de la admiración que sentían por alguien que prefirió mantener un perfil de efectividad y sacrificio por un trabajo al que le dedicó buena parte de su vida.