De la temprana pasión de Dino Buzzati (1906-1972) por las cumbres da fe que su primer libro, muy bien acogido, fuese Bárnabo de las montañas. Tenía 27 años, pero, nacido en los Dolomitas, su relación con picos y paredes le venía desde los 15 y ya no iba a abandonarle nunca.

Prueba de ello es la presencia de la montaña en muchas de sus narraciones, aunque la que le ha inscrito en la Historia de la Literatura sea El desierto de los tártaros. Son numerosos los textos que entre las décadas de 1930 y 1970 consagró Buzzati al alpinismo. Adquirieron la forma de artículos de prensa -siempre se reivindicó ante todo como periodista-, relatos de ficción o apuntes de sus diarios, y buena parte de ellos se incluyen en Los indómitos de la montaña, un compendio de héroes y de gestas, como la conquista del K2, pero también una crónica de la evolución de la sociedad italiana al hilo de su cambiante relación con el asalto a las cimas más rebeldes.