El actor George Clooney se mostró ayer a su paso por la Berlinale mucho más dispuesto a hablar de la crisis de los refugiados con la canciller Angela Merkel que con los medios que siguen la 66.ª edición de ese festival internacional de cine. "Quiero hablar con la canciller Merkel de ese tema, quiero ver qué podemos hacer", indicó el actor, ante una abarrotada conferencia de prensa para la presentación del filme ¡Ave, César!, la película de los hermanos Joel y Ethan Coen que inauguró la Berlinale, aunque fuera de concurso.

Clooney aludió a su compromiso con las víctimas de Darfur, una de las causas humanitarias por las que más se ha movilizado el actor, y a su interés por llevar el conflicto sudanés al cine, lo que hasta ahora no ha conseguido.

"No se trata de hacer cualquier cosa sobre el tema, sino de hacer una buena película", dijo, para extenderse, a continuación, en las dificultades para llevar este tipo de proyectos a la gran pantalla.

"La crisis de los refugiados es algo que se cuenta mejor en los informativos", dijo, para lamentar posteriormente que no siempre encuentran la perspectiva que se merecen, especialmente en Estados Unidos.

Clooney esquivó una pregunta de por qué no hacía una segunda parte de Syriana (2005), ahora centrada en la cuestión específica de los refugiados, para admitir que el cine siempre va "por detrás de los acontecimientos".

"Quiero hablar de estos asuntos con Merkel", insistió, respecto a una cita para el actor muy importante, pero que, por lo demás, no está incluida en la agenda oficial de la líder alemana y que desde su Cancillería no se ha confirmado que vaya a producirse.

La insistencia de los periodistas sobre esta cuestión derivó en impaciencia o hasta irritación, cuando sintió que se le cuestionaba un compromiso sincero con esa crisis.

"¿Y usted, qué hace por los refugiados?", fue su respuesta crispada a una periodista, quien en tono tranquilo le ofreció una larga explicación sobre su trabajo como voluntaria con refugiados.