¿Cuáles fueron sus inicios en el mundo de la pintura?
Llevo pintando catorce años. Estudié en la Escuela de Arte de Gran Canaria y me diplomé en dibujos publicitarios, pero siempre tuve inquietudes por aprender la técnica del óleo. A raíz de esto, conocí una de las mejores academias de Las Palmas, Salazar. Miguel Ángel Salazar fue mi maestro, y allí aprendí la técnica del óleo, acuarela, pintar a cera, acrílico, etc. Así empecé en el mundillo de la pintura. Estuve cuatro años con él y expuse en varios sitios de forma colectiva como en el Real Club Náutico de Las Palmas, hasta que tomé la iniciativa de montar un taller de clases propias, a raíz de una exposición individual en el 2006 en La Fraternidad.
¿Qué le llevó a montar su propia escuela en Telde?
Hice una exposición relacionada con la ciudad, y un grupo de señoras me preguntaron si impartía clases, y empecé en una asociación de vecinos de El Ejido. Pasaron los años y me busqué un taller particular. Llevo diez años impartiendo clases, y en mi academia particular, siete, donde enseño a niños y adultos. Me gusta premiar el esfuerzo de mis alumnos y, como mínimo, que hagan una exposición colectiva al año. Intento que sea en Telde, porque soy de aquí, y creo que tiene un gran potencial, todavía por explotar.
¿Ha hecho más exposiciones suyas en el municipio?
La última que montamos fue en noviembre, por las fiestas de San Gregorio, y tenía como lema Van GreGHorio 2015, un guiño a Van Gogh por el 125 aniversario de su muerte, de forma modesta pero sin complejos. Ahora se me ha dado la oportunidad de esta exposición individual que tenía muchas ganas de hacer. Será hasta marzo, coincidiendo con las actividades sobre el día de la mujer. He elegido un solo tema donde gire toda mi obra.
¿En qué consiste esta?
Son más de 30 cuadros al óleo y acrílico, con un formato unitario para generar ciertas secuencias. Todos retratos, y he querido hacerlos muy cercanos y respetuosos sobre la imagen de la mujer, incidiendo en el triángulo expresivo de ojos, nariz y boca. Fue todo un reto tratar este tema, pictóricamente hablando. He intentado ser respetuoso, olvidando el tópico de mujer objeto, mirándola a la cara e intentado descifrar lo que siente o lo que piensa, acercarme o arroparla.
¿Por qué la mujer?
Creo que hay que aprovechar, en el buen sentido, que la mujer tiene que estar al mismo nivel que el hombre. Están apostando muy fuerte, y yo, como hombre, me veo con la necesidad de contar con ellas, porque lo valen y se lo merecen. Estamos en una sociedad donde viven hombres y mujeres, y no podemos ir separados, tenemos que romper con esos estereotipos marcados en la infancia. Si ves un hombre en uno de mis cuadros, bienvenido sea, porque también es un objetivo logrado. Es apoyo al hombre, a la mujer, al hombre que se siente mujer o la mujer que se siente hombre. Que se vea una persona, un ser humano, sin distinción.
En la exhibición sólo hay retratos, ¿a qué se debe?
He querido exhibir retratos porque quiero huir del tópico que me gusta como la espalda o los desnudos. Ahora vamos a mirar a la mujer de tú a tú, ni está arriba ni abajo, sino en igualdad de condiciones, de frente, sin tapujos y con mucho respeto. Me gusta la mirada cerca, donde se hace un zoom con ese triángulo expresivo, pero sin agobiarla, manteniendo la distancia. Por eso utilizo formatos grandes y alargados, porque la idea es la de "te quiero intimidar pero no te quiero herir", de respeto entre las personas. No son mujeres de photoshop ni de peluquería o maquillaje, sino mujeres tal cual, recién levantadas o de regresar del trabajo, captar la personalidad de cada una.
¿Prefiere pintar en esta modalidad o trabaja con otras?
Me gusta pintar de todo, el retrato me ha cautivado, es una lucha interna y me atrae, pero puedo tocar cualquier tema como paisajes, bodegones, temas costumbristas, modernos, copiar a los clásicos o lo que se me ofrezca. Al que le gusta la pintura es como al que le gusta la música, la poesía o el cine. Es decir, yo siempre le digo a mis alumnos que no se pueden quedar con el vago significativo de me gusta o no me gusta. Hacer un cuadro es como una relación, no podemos tratar a la persona en dos minutos, tenemos que escucharla y palparla, quedar con ella y ver sus realidades. Pues los cuadros son así, como las relaciones humanas.
¿Podría contar el porqué del título que ha elegido?
Lo iba a titular Mujer, tal cual, pero le quería dar un toque más internacional. Además, hace poco estuve en Portugal y me sentí bastante acogido. Le quería hacer, también, un guiño a esta lengua. El canario, siendo pintor o en otra disciplina, tiene el hándicap de vivir en una isla, y sacar la obra fuera le cuesta muchísimo, entonces quise expresar que somos de aquí pero sin perder ese hueco en la globalidad. Es bueno elogiar lo que hay fuera, pero es mucho mejor elogiar lo que tenemos aquí dentro. Hay mucho talento aquí, me consta a todos los niveles, y creo que hace falta la ayuda de todos para explayarnos y crecer.
