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Danza Adiós a un maestro

Emblema de la danza en las Islas

Creadores y gestores evocan la figura del rumano

Los logros creativos de Gelu Barbu, su capacidad para implicarse en proyectos compartidos y la generosidad con la que brindó sus conocimientos y experiencia a los más jóvenes dejan una profunda huella en la comunidad artística de las Islas, de la que tantas veces fue importante dinamizador. Creadores y gestores glosan la figura de quien queda ya como "símbolo de la danza en Canarias durante la segunda mitad del siglo XX", según palabras de Juan Cambreleng.

El Diputado del Común, Jerónimo Saavedra, reconocido melómano, afirmaba ayer tras conocer la noticia del deceso, que Barbu "ha sido el factor fundamental del desarrollo de la danza clásica en Canarias. Ha incorporado coreografías con afán de modernidad, optó por unas coreografías propias que no obstante mantenían la esencia de los originales".

Saavedra también pone en valor la implicación del rumano en iniciativas compartidas con otros creadores, fomentando una visión interdisciplinar del fenómeno artístico que se plasmó en distintas colaboraciones: "Destacan sus colaboraciones con compositores y pintores locales, no se quedaba aislado. Gelu Barbu fue muy importante en la vida cultural de los años setenta. Frente al ballet más clásico, supo incorporar una visión muy avanzada para su momento, que abarcaba desde la escenografía al vestuario. Además él era una persona de gran cordialidad, simpatía y afecto".

El músico de rock Eduardo 'Teddy' Bautista colaboró en dos ocasiones con Gelu Barbu. La primera de ellas tuvo como nexo el disco Ciclos, relectura en clave de rock progresivo de Las cuatro estaciones de Vivaldi, que Los Canarios liderados por Bautista publicaron en 1974. "A Gelu se le ocurrió montar un ballet sobre un pasaje de Ciclos. Cuando se estrenó en el Teatro Pérez Galdós, fui a Las Palmas a verlo. Me resultó bastante emotivo, porque parece que Gelu consiguió entrar en la trama que proponía el disco. Plasmó perfectamente con su coreografía el eje principal de la obra, en la que yo establecía una especie de contínuo, con un principio que arrancaba del final y un final que llevaba al principio", recordaba..

Más estrechamente colaboraron músico y coreógrafo en la primera encarnación española de Jesucristo Superstar, todo un hito del teatro musical en este país, con Camilo Sesto y Ángela Carrasco en los papeles principales y que llegó a los escenarios madrileños con el enrarecido clima de la agonía de Francisco Franco. Teddy asumió el rol de Judas y firmó los arreglos musicales de una adaptación que logró destacar una personalidad propia. En ello tuvo mucho que ver el trabajo coreográfico del ruma-no. Para Bautista, "hizo una coreo- grafía estupenda que nada tenía que ver con los estereotipos, consiguió que los movimientos del ballet en los distintos números llamaran mucho la atención, manejó la coreografía creando los cuadros a través de toda la obra. Cada vez que vemos una foto de aquella obra, es parte de la coreografía que él hizo. En realidad hicimos una versión nueva de Jesucristo Superstar, con una aportación creativa de Barbu".

El músico recuerda la porosa curiosidad de Barbu, capaz de incursionar en géneros aparentemente lejanos de la danza académica en la que había sido formado: "Me llamaba la atención que fuese un hombre tan abierto, tan curioso y tan interesado. El primer recuerdo que tengo de él es el de una persona que llega a Las Palmas desconocido por todos y que inmediatamente comienza a aglutinar a au alrededor a un grupo de jóvenes con gran capacidad expresiva". Ese quehacer artístico-pedagógico no tardó en dar sus frutos, como esplicaba ayer Teddy: "Gracias a la gran experiencia de Gelu, que había sido un gran bailarín y era un gran maestro, el Ballet de Las Palmas se convirtió en uno de los ballets de referencia en España". Tras estas dos experiencias, Bautista no perdió el contacto con el rumano y "siempre que iba a Las Palmas procuraba saludarle. Había n gran respeto mutuo, aunque creo que yo era mucho más admirador de él que él de mí", finaliza en músico.

El gestor Juan Cambreleng, exgerente del Teatro Real y exdirector del Teatro Pérez Galdós, no duda a la hora de dimensionar la figura de Gelu Barbu. "Ha sido el emblema de la danza clásica en Las Palmas desde finales de los 60 y principios de los 70. Fue un gran bailarín, excelente profesional, buen amigo".

Cambreleng retrata al Barbu profesional, "un trabajador incansable, siempre con mucha ilusión, enseñó a mucha gente y siempre estuvo pendiente de la cultura y de sacar adelante su ballet y su actividad".

Recuerda que, a la llegada del rumano a las Islas, aquí "no había prácticamente nada en cuanto a danza. Él fue el símbolo de la danza canaria de la segunda mitad del siglo XX, está claro, ha sido la mejor figura que hemos tenido ahí. La afición al ballet y la sensibilidad que hay en Las Palmas se las debemos a él".

La bailarina Natalia Medina, directora de Masdanza, conoció a Gelu Barbu en la década de 1980, durante una jornadas de danza que dirigió en Las Palmas de Gran Canaria. "Es una figura importantísima. Un referente histórico para la danza en Canarias. Hay un padre, que es Gelu Barbu y una madre que es Trini Borrull. Ambos crearon las primeras escuelas de danza de Las Palmas de Gran Canaria. La historia de la danza no se concibe sin el nombre de Gelu Barbu y de esto no nos podemos olvidar los bailarines actuales", explicó.

Medina se remite al trabajo del rumano como origen y fundación de la escena actual de la danza en Canarias: "Para saber donde estamos debemos entender de dónde venimos y todo parte de Gelu Barbu. Creó distintas escuelas, formó a muchísimos bailarines que bailaron con la Escuela Nacional de Danza y que han bailado por todo el mundo. Gracias a sus alumnos, muchos de nosotros bailamos porque nos topamos con ellos".

A nivel personal, lo recuerda como "muy cariñoso y cercano". Recuerda hablar con el maestro en el Teatro Pérez Galdós, durante el estreno del documental de Gus-tavo Socorro. "Tenía más de 70 años pero mantenía el porte de gran bailarín".

Su imbricación con el tejido artístico isleño también le parecce destacable: "Era una persona enamorada de esta tierra y del trabajo de los artistas. Era un visionario. Tenía la Escuela y la Compañía de Danza. Trabajó con artistas, pintores, escultores canarios, hacía producciones conjuntas. Eso hoy es más difíciles. Creo espectáculos conjuntos con grandes artistas".

"Es una gran pérdida para la danza en Canarias. La música sufrió un gran revés con el fallecimiento de Alfredo Kraus. Ahora tengo esa misma sensación. La pena de sentir que ya no está. Son personas que crearon una formación profesional de la danza, una visualización de la danza en Canarias donde no existía ni se tenía el conocimiento. Era esa chispa que puso en funcionamiento todo un engranaje. Todo este engranaje lo creó Gelu", finaliza.

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