En el panorama político internacional pocos temas generan tanta incomprensión como la situación de los países que pertenecen a esa región del sur de Asia conocida como Oriente Medio. Las discrepancias acerca de esta zona son tan numerosas que parten de la misma definición de ese término geográfico sobre cuya delimitación no hay consenso. Sin embargo en esta ocasión utilizaremos esos dos nombres para referirnos a la extensa región transicional que parte de Egipto y Turquía y llega hasta la frontera oriental de Irán. Explicado este punto, queda claro que entramos en un ámbito sumamente complejo, porque los conflictos, revoluciones y enfrentamientos religiosos que tienen lugar en ese espacio son sumamente complejos. Como prueba de ello baste señalar que la naturaleza de las luchas y sublevaciones que se han venido sucediendo en Oriente Medio durante los últimos cien años siguen siendo desconocidas por la mayoría del público que a diario asiste sorprendida a un espectáculo de batallas, bombardeos y emigraciones masivas sin comprender realmente que es lo que las ha causado.
Gran parte de la culpa de esta incomprensión, que más bien debería llamarse ignorancia, se debe a que las obras que han tratado de explicar al gran público las claves de la situación de esta área caliente han pecado de ser extremadamente especializadas, con lo cual sólo podían ser leídas por aquellas personas previamente iniciadas en la materia, o exactamente todo lo contrario, en su afán de divulgar han sido excesivamente superficiales. Los ejemplos de estas dos tendencias son innumerables, y no voy a enumerarlos para evitar ser prolijo, pero constituyen una prueba de que es difícil diseccionar la historia sin caer en una erudición que resulte un obstáculo insalvable para el lector normal, y a la vez es complicado divulgar sin cometer el lamentable error de ser superficial.
Afortunadamente la última obra del historiador y profesor emérito de la UNED Víctor Morales Lezcano, La segunda cuestión de Oriente. Egipto, Turquía e Irán en la encrucijada no incurre en ninguna de estas dos faltas, porque consigue analizar las numerosas vicisitudes y transformaciones que se han sucedido en el transcurso de los últimos cien años en Oriente Medio de manera magistral y clara, desplegando un conocimiento profundo de los numerosos vericuetos históricos que en ningún momento resulta pesado, con lo cual los senderos que recorre no se bifurcan ni se enredan hasta convertirse en un laberinto en el cual el lector termina irremisiblemente perdido, sino que constituyen una clara senda a través de la cual se explica el desarrollo de la última centuria de una zona del planeta.
Gran parte de su éxito se debe a que muy acertadamente comienza hablando de Egipto, Turquía e Irán, dedicando un capítulo del libro a cada uno de estos países, para posteriormente explicar la situación actual de Irak y Siria, en los cuales se enfrentan los intereses de Turquía e Irán como peones de Estados Unidos y Rusia y a la vez se refleja el fracaso de la primavera árabe, más concretamente del deseo de cambio de esas manifestaciones populares en Egipto. El punto de partida es la desintegración de los últimos restos del moribundo Imperio Otomano, que hacía mucho tiempo había dejado de ser "el hombre enfermo de Europa" como lo denominó el 9 de enero de 1853 el Zar Nicolás I, en una conversación con Sir Hamilton Seymour, embajador británico en San Petersburgo.
A pesar de comenzar hablando del pasado, La segunda cuestión de Oriente llega a analizar hasta los acontecimientos más recientes, con una única salvedad, y es que cuando habla de Turquía, termina haciendo referencia a las elecciones generales de junio de 2015, pero no a las que tuvieron lugar en noviembre, con lo cual concluye ese capítulo señalando la posibilidad de que debido a que el Partido de la Justicia y el Desarrollo perdió por primera vez la mayoría absoluta, quizás se tratase de la señal inicial del fin de un ciclo político, cuando los subsiguientes comicios demostraron que ese partido conservador de tendencia islamodemócrata sigue controlando las riendas de la república transcontinental.
Estamos ante un libro recomendable para todos aquellos que quieran comprender de una vez por todas lo que sucede en Oriente Medio y para quienes sabiéndolo quieran disfrutar de un análisis histórico y geopolítico tan magistral como entretenido que cumple con la conocida, pero pocas veces acatada, sentencia de Baltasar Gracián en su Oráculo manual y arte de prudencia: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno".
