El barítono Francisco Kraus Trujillo, hermano mayor del tenor Alfredo Kraus, falleció ayer en la capital grancanaria a los 89 años de edad. Fue la primera voz en una ilustre familia, que se abriría camino en la música primero en la ópera y luego en la zarzuela, donde su voz encontró el acomodo y el éxito. Nació Francisco Kraus un 21 de octubre de 1926. Creció y se educó en un ambiente musical que despertaría lo que sería su vocación. Sus primeros pasos como cantante le llevaría a recibir clases, junto a Alfredo, con María Suárez Fiol, para implicarse en el coro del colegio del Corazón de María, y en una audición para solistas que celebraba la Sociedad Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria.

Fue en la ciudad de Barcelona donde estudiaría canto, si bien regreso a la Isla para contraer matrimonio, y al tiempo poner rumbo a Milán, donde perfeccionaría su técnica vocal con Mercedes Llopart. La actividad concertística iba pareja a su vida, y muestra de ello es el trabajo que realizó en Sevilla en dos temporadas con el Miserere, de Hilarión Eslava. El rol de cantante en formación hubo de compaginarlo con los estudios, ya que su padre Otto Kraus hizo que completara el bachiller y las carreras de Perito Industrial y Magisterio.

El debut le llegaría al mayor de los Kraus en diciembre de 1960 en el Teatro Comunale Giuseppe Verdi de Trieste con la ópera Khovantchina, de Moussorgski, en el rol de Boyardo Chakloviti con el alias de de Franco de Marco. Tras este primer envite lírico llegarían producciones como Lucia di Lammermoor, de Donizetti, en el papel de Enrico, en Fausto, de Gounod, en el rol de Valentín, y en La Traviata, de Verdi, como Germont.

En España y una vez cumplidos estos compromisos, la zarzuela sería su parcela vocal. Debutó en el Teatro de La Zarzuela de Madrid con la Compañía Lírica Nacional, y que tras un notable éxito de público se embarcaría en una gira por distintas ciudades del centro y norte de España. Fue en 1962 cuando decidió montar su propia compañía y llevarla por toda la geografía nacional durante cuatro años con piezas del género como La Bruja, La Tabernera del Puerto, Katiuska, El Huésped del Sevillano, La Calesera, La Rosa del Azafrán y La del Soto del Parral, entre otras. Junto a Francisco Kraus, estaban las voces de Amparo Azcón, Celia Langa, Pilarín Alvarez, Rosa Gil, Fina Gessa, María Pastor, Eduardo Bermúdez, Enrique del Portal, José Luis Cancela y Andrés García Martí, todos ellos con la dirección musical de José Terol y Mariano de las Heras.

Años más tarde, en 1966 tuvo la oportunidad de firmar un contrato con la compañía de María Francisca Caballer y Agustín Lisbona, que le llevaría hasta el Teatro Nacional de Caracas. En Venezuela pasaría unos años hasta que decide volver a Gran Canaria, sin bien por decidió apartarse de los escenarios de forma temporal. Una pausa en su carrera lírica que retomaría en los años 70 al decidir trabajar durante varias temporadas de zarzuela con la Compañía Isaac Albéniz, de Juan José Seoane, en teatros nacionales e insulares.

Regresaría a Venezuela en 1978 para brindar unos conciertos en radios y televisiones del país. Aquel viaje se prolongaría casi una década al continuar con la actividad concertística y acceder a una plaza de profesor de canto en la Escuela Superior de Caracas. Además fue profesor de la Compañía Oficial Opera de Caracas.

En 1987 regresó a España para ocupar la Cátedra de Perfeccionamiento de Canto en el Conservatorio del Liceo de Barcelona, puesto que desempeñó hasta su jubilación. Era la Cátedra Alfredo Kraus, que compartía con su hermano Alfredo. En este año declaraba Francisco Kraus que "fue en Barcelona donde comencé a estudiar canto en serio y en esta ciudad donde pienso terminar mi carrera profesional".

Con Alfredo compartió escenario en varias ocasiones antes de marchar a Venezuela, sin que existiera rivalidad entre ellos. "Jamás hubo competencia entre nosotros, quizás porque tenemos un registro de voz diferente", decía, además de que el tenor se volcó en su carrera y Francisco lo hizo de forma intermitente. Su última actuación pública sería el 12 de mayo de 1995 en el Círculo Mercantil, con motivo del acto de entrega de la Medalla de Oro a la entidad. En julio de 2000 regresaría a la Isla para establecer la redencia, en un año que recibiría un homenaje de Amigos Canarios de la Zarzuela.