El trío de Cuerda de la Royal Concertgebouw recupera la música del este europeo en un concierto que, dentro de la programación de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria, tendrá lugar hoy martes, a las 20.30 horas, en el Paraninfo de la ULPGC.

El director de la formación, Michael Gieler, explicó, durante la presentación, que ha elegido para el programa piezas que siempre le habían gustado y en la que se encuentran dos conocidas composiciones vienesas alternadas con las de autores de Hungría y Rusia.

Gieler, que acudió a la presentación acompañado de la presidenta de la Sociedad Filarmónica, Pilar Roca de Armas; el vocal Vicente Cabrera, y la violonchelista invitada Nuala McKenna, destacó la singularidad de la última, Cuarteto para violín, viola y dos violonchelos op. 35 en La menor de Antón Arenski, que interpretará con dos chelos. "Es algo muy inusual", señaló. "No conozco ningún caso excepto este. Y está inspirado en un coro de hombres ortodoxo que tiene una sonoridad muy hermosa".

El director recordó que Arenski fue un discípulo de Rimski-Kórsakov, pero que quien más le influyó fue Tchaikovski. "El segundo movimiento del cuarteto que vamos a tocar", afirmó, "es una variación sobre un tema de Tchaikovski, y es una de sus piezas más famosas de este compositor ruso", añadió.

Gieler subrayó que, aunque es cierto que Arensky no sea tan importante en el global de la música clásica, esta pieza tiene mucho valor histórico. "Trabajó muchos en los coros", dijo, "y en sus obras parece como que todo el movimiento evoluciones como el canto. Fue un músico realmente muy virtuoso".

La primera y la segunda parte del concierto comenzarán con dos obras del tardorromanticismo vienés. La primera es el Trio de cuerda en Do menor op. 9, de Beethoven . Y la segunda el Trío de cuerda en Si bemol mayor de Schubert. El programa se completa con Serenata para Trío de Cuerda de Ern? Dohnányi. Sobre este compositor, Gieler señaló que "fue muy importante en la música húngara, ya que, aparte de ayudar a los jóvenes, fundó orquestas. Pero emigró a Estados Unidos huyendo de los alemanes porque era judío".

La Orquesta Real del Concertgebouw es la orquesta sinfónica más conocida y respetada de Holanda, y es generalmente considerada como una de las mejores del mundo. El director del trío aseguró que, particularmente, le gusta combinar música vienesa con la del este europeo. En esta ocasión, además, hay una característica que coincide en las obras de Beethoven y Dohnanyi. "Son compositores totalmente distintos", recordó, "pero hay una cosa que los acerca a los dos y es la utilización del contrapunto". Si bien la primera es más rabiosa, la segunda es más melodiosa. "Son diferentes estilos, pero en un programa musical pueden estar juntas sin desentonar", dijo.

Volviendo a la obra de Arensky, el director aseguró que la singularidad estriba en que, normalmente, trabajar con dos chelos hace que la sonoridad sea muy oscura, pero en Arensky es perfecto. "La sonoridad del chelo es más oscura y densa", subrayó, "por lo que normalmente los compositores meten más elementos". Sin embargo, en el caso del músico ruso, el resultado "resulta muy melancólico, pero también muy bonito".

Por su parte, la violonchelista invitada, Nuala MvKenna, que actuará en esta pieza concreta, recordó que estuvo un año estudiando en la academia en Holanda donde conoció a Michael y Johan Van Iersel. "Me han ayudado muchísimo a estar con otros músicos. Es la primera vez que tocamos esta pieza".

Gieler añadió que "siempre me ha gustado integrarme en los proyectos de la gente joven y, como en este caso, invitarlos a tocar a veces con nosotros en nuestro directo".