Primal Scream, cabezas de cartel del próximo Azkena Rock Festival junto a The Who, llegarán el próximo mes de junio a Vitoria con un nuevo álbum de estudio, Chaosmosis, que se publicó ayer y es probablemente el más libre de su carrera y, pese a sus sombras, que las tiene, también de los más relajados. "Sonamos así, más seguros, porque ahora sabemos quiénes somos", afirma al otro lado del teléfono durante una entrevista con Efe Bobbie Gillespie, su vocalista y principal compositor junto al guitarrista Andrew Innes.

Sorprende que esa confianza en sí mismos haya llegado en su undécimo disco de estudio, tras una carrera de más de 30 años en la que firmaron uno de los álbumes más venerados e innovadores de la historia del rock, Screamadelica (1991). ¿Fue quizás una losa demasiado pesada que sostener?

"Ese trabajo no ha ensombrecido nada para nosotros, pero sí quizás para otras personas. El pasado no representa nada, somos personas centradas en mirar hacia adelante. Screamadelica se lanzó hace 25 años y no soy el mismo que era cuando lo escribimos", sostiene.

En su nuevo estatus mental y personal ayuda mucho, según dice, "estar limpios de alcohol y drogas". "Estoy más en contacto conmigo mismo y más abierto al exterior, lo que se refleja en la música, que suena más emocional", apunta Gillespie, que tomó el título, Chaosmosis, de la obra Héroes del italiano Franco Bifo Berardi.

Grabado entre Londres, Nueva York y Estocolmo, dice que fue "un álbum divertido de hacer" que aporta un sonido mucho más variado. "Nos aburrimos con facilidad", alega el vocalista, que, entre todas sus influencias, se declara un enamorado de la "música negra americana", como se aprecia en el soul sureño sesentero del corte I can change.