El Ballet de Moscú regresa al Auditorio Alfredo Kraus con la obra Giselle, considerada como "la prueba de fuego para los grandes bailarines". Así lo señaló ayer el director de la compañía, Timuy Faiziev, durante la presentación de este espectáculo que se representa hoy sábado, a las 20.30 horas, en el auditorio Alfredo Kraus después de viajar a Tenerife y La Gomera.

"La dificultad no estriba en las coreografías en cuanto a técnica o a rigor de estas, sino en la parte actoral ya que, desde los solistas hasta la última persona del cuerpo de baile, ha de volcar mucho de actor o de transmisión al público", afirmó el principal responsable de la compañía. "Normalmente todas las bailarinas quieren hacer Giselle porque les permite crecer como artistas. Los solitas que aquí intervienen han ganado muchísimos concursos y dentro del cuerpo de baile hay gente muy consolidada. Es un reto para todos porque es donde más se ve el talento de los bailarines, en la dramaturgia".

Para Faiziev, sobre todo, Giselle exige mucho a la primera bailarina Cristina Terentieva, ya que "tiene que encarnar a una campesina alegre y enamorada al principio y en la segunda mitad un espíritu triste y tan dolido", compartiendo el perso escénico con Alexeiv Terentiev.

El director subrayó que los decorados son muy importantes a la hora de acompañar a los bailarines. "En la primera parte tenemos ese colorido de la fiesta campestre, y en la segunda el misterio o espacio onírico donde las Willis van a poder danzar de forma muy coral".

En este sentido, el director destaca el parecido coral del segundo acto con el El lago de los cisnes, "donde nadie sale del escenario.". Y por este motivo, no ha introducido ni un solo cambio en la coreografía ya que las escenas son como en las originales. "Es un ballet muy popular en Rusia desde su estreno", aclaró. "Tanto la coreografía como la música se compusieron en 1841, y en 1842 ya estaba dentor de nuestro repertorio; llevamos 20 años representándola sin cesar", añadió.

Faiziev aclaró que la línea principal del Ballet de Moscú es hacer hincapié en lo clásico, lo que no quita el que hayan hecho alguna versión moderna de Carmen o Sueño de una noche de verano. La compañía se encuentra en su gira 26ª con más de 2000 espectáculos por Europa y Asia a sus espaldas. Su política consiste en llevar la danza al máximo público posible con un ritmo de trabajo incesante, lo que les ha llevado a volver a este escenario tras su actuación el pasado mes de diciembre.