El escultor Martín Chirino consideró ayer, en el primer aniversario de la fundación de arte y pensamiento que lleva su nombre y cuya sede reside en el Castillo de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria, que el desarrollo de la cultura canaria es "el arte de hacer de la precariedad un milagro".

En el acto conmemorativo del primer año de vida de su fundación, enclavada en el Castillo de La Luz, en el barrio de La Isleta, cerca de donde nació el artista, Chirino destacó que esta institución pretende contribuir al "esclarecimiento de esa compleja e importantísima senda que va de lo particular a lo universal, de Canarias al mundo".

"Es la dirección que ha orientado siempre mi vida y quehacer y la que orienta la propia razón de ser de la Fundación, a la que considero inseparable del conjunto de mi obra. Nuestra vocación es la de ser memoria viva de las Islas en el contexto universal", aseveró.

A juicio del reconocido escultor, aunque "ya no vivimos en los años dorados de las vanguardias que antecedieron a la Guerra Civil, y que, en cierto modo, también iluminaron los cimientos de la democracia, éste es un momento idóneo para la reflexión".

Para Chirino, "precisamente porque sentimos nostalgia de las vanguardias, estamos más obligados que nunca a reflexionar sobre ellas y su utopía inacabada", ya que, como dijera el poeta Valèry, "todo cambia menos la vanguardia".

"Debemos recuperarla dondequiera que se encuentre. Nos toca a nosotros alentar el debate y la discusión sobre su actualidad, porque sabemos que la vanguardia demanda el lugar que le pertenece", ha dicho. Por eso, el artista estima que es momento de "volver a interpretar a los clásicos de las vanguardias, que para Canarias, hoy, son fundamentales".

Por eso, la fundación a la que da nombre "hace suyas las preocupaciones de aquellos intelectuales canarios de la preguerra que, aglutinados en torno a revistas tan importantes como Gaceta de Arte y La Rosa de los Vientos, se preguntaban sobre universalidad o cosmopolitismo como la definición idónea de las Islas". Chirino cree que "únicamente confrontándonos con nuestros orígenes eternamente presentes podemos reconocer cada momento actual".

"Esta es la piedra angular de nuestro pensamiento: de Canarias al mundo y de la historia al presente, es el itinerario que atravesaremos incansablemente en nuestra Fundación", ha referido.

El escultor desveló la consigna que, según ha dicho, se repite a sí mismo cada mañana: "Sin pasión no hay vida".