La actriz cubana Mirtha Ibarra regresa al teatro con un homenaje a las grandes actrices del cine a través de Neurótica anónima, que se representa en el teatro Guiniguada mañana sábado 9 y domingo 10 de abril, a las 20.30 horas. Ibarra, que comparte escenario con el actor Joel Angelino, llega en el marco de una pequeña gira por las Islas tras su paso por la sala Timanfaya de Tenerife y el teatro Paraninfo de La Laguna, y luego, tras las funciones de este fin de semana, continuará el día 13 en El Hierro, el 15 en Fuerteventura y en una segunda gira a partir del 9 de septiembre por La Palma y La Gomera. Ambos actores también representarán el espectáculo familiar Aventura de un payaso viajero este sábado y domingo a las 17.00 horas donde interactúan con los espectadores.
Neurótica anónima es un texto original de Mirtha Ibarra. Con un duración de 60 minutos, fue estenada en Cuba hace un año, y está protagonizada por una profesora de literatura que, tras ser sancionada, decide entrar en el cine como acomodadora.
La actriz, que acudió a la presentación junto a su compañero en escena y la directora general de Cultura del Gobierno de Canarias, Aurora Moreno, reconoce que "utilicé este recurso para hacerla más rica intelectualmente. Ella está enajena de su realidad porque vive a través de los personajes de las grandes películas". La protagonista decide reunir a grandes figuras de Hollywood como Bette Davis, Joan Crawford, Rita Hayworth, Vivien Leigh, Anna Magnani, Audrey Hepburn, y hasta a las cubanas Daysi Granados, Beatriz Valdés y hasta la misma Mirtha Ibarra en películas como La carta o Johnny Guitar. "Mientras lo iba escribiendo iba buscando la película que necesitaba. Se me ocurrió hacer un juego entre cine y teatro y hacer de todas esas actrices con sentido del humor, y jugando con la pantalla y el escenario", afirmó. La obra pasa por también el drama porque hay un enfoque político de lo que ocurre por el mundo actualmente, ya que el texto lo van renovando.
Ibarra baila y canta sus propias canciones ya que el montaje surge "porque una se queda con ganas de hacer cosas", señala. "Yo siempre he soñado con cantar y bailar. Pero yo siento que es un terreno que no me pertenece. Sin embargo, como la obra es mía quise arriesgar, y a mí casi siempre me han salido bien los riesgos". La actriz reconoce que su carrera ha sido cinematográfica, y que sus únicas incursiones en el teatro se reducen a Obsesión habanera de hace 15 años y esta. "Yo me gradué en la Escuela Nacional de Arte donde estuve cinco años y empecé a hacer teatro. Tras mi relación con Tomás Gutiérrez Alea intercalaba ambos formatos".
La actriz, que acaba de trabajar en el último filme de Jorge Perugorría con quien compartió elenco en Fresa y Chocolate, Guantanamera y Siete días en La Habana, reconoce que "el teatro me estresa". En su opinión "si en una película una se equivoca, se dice corta y vuelta a empezar, y eso te da una tranquilidad, pero en el teatro está el público ahí, y te crea unas tensiones que no hay ni en la televisión ni el cine. Por eso empecé a dejar de hacer teatro". Además, la actriz añade que en este medio uno pierde la perspectiva. "En el cine hay otro tratamiento, y aunque el contacto con el público es impresionante, el equipo técnico también te da su calor, incluso te aplaude", añade.
Por su parte, Joel Angelino añade que "la gente va a entrar en un aprendizaje ya que ella está saliendo y entrando de una pantalla y "pasando por una distinta gama de sentimientos". Angelino interpreta a dos personajes: Denis, el proyeccionista, "un ser humano complicado porque es agnóstico, está mal en la vida, no cree en nadie, y está enamorado de Dulce, pero ella no le hace caso"; y Paquito, "un gay que limpia el cine y que la sigue a ella en todas sus locuras y es el que realmente le dice que es su momento".
Los actores presentaron también el documental sobre la figura de Gutiérrez Alea Titón, de La Habana a Guantanamera que se proyecta en el Teatro Guiniguada el 11 de abril a las 20.30 horas y en el Círculo de Bellas Artes el 12 de abril a las 20.30 horas.
