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Libros Un 'templo' de las letras en la capital grancanaria

Si no lo encuentras en Canaima...

La librería, única de Canarias que presume del sello de calidad del Estado, es un referente para los amantes de la lectura - Ha 'abastecido' a muchas generaciones de lectores

Si no lo encuentras en Canaima...

La librería Canaima, después de casi cuarenta años de actividad, se ha convertido en un referente en la industria de las letras en Canarias. Su dilatada trayectoria comercial se ha visto reconocida a nivel nacional con la obtención, la pasada semana, del sello de calidad que otorga el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Este honor lo comparte con otros 21 establecimientos del país.

El programa de certificación distingue, incentiva y premia la excelencia de la actividad librera. Para ello, evalúa parámetros como la pluralidad bibliográfica, el fondo, las actividades culturales realizadas, la relación con otros agentes o la prescripción, respetando su proyecto y peculiaridades.

Fundada en marzo de 1977, en un pequeño local del Paseo de Tomás Morales por Antonio Rivero Suárez, ha conseguido mantener su estatus a lo largo de todo este tiempo por la calidad de sus servicios y su esmerada atención al cliente. "Esta distinción supone un reconocimiento al trabajo de todas las personas que a lo largo de los años han formado parte de esta empresa", señala Antonio Rivero Rodríguez, hijo del fundador.

Él y su hermana Laura encabezan en la actualidad el negocio, uno de los más antiguos de Canarias en este ramo, tras la jubilación activa de su progenitor, el padre de la criatura. Según él, hay una frase que se suele escuchar y que resume la profesionalidad de la empresa: "Si no lo consigues en Canaima, no lo encuentras". "Resulta imposible tener toda la producción, evidentemente, pero nos esforzamos por localizar el producto que el cliente nos solicita", explica.

Esta librería ha resistido y resiste a los vaivenes del sector y a los muchos cambios de tendencia en el mundo del libro, aunque reconoce Antonio Rivero hijo que "se han pasado tiempos difíciles, sobre todo en este último periodo de crisis". Cuenta también que, después de casi cuatro décadas, se ha logrado fidelizar a un gran número de usuarios, "que ya más que clientes son amigos, y que luego sus hijos e incluso nietos continúan confiando en nosotros, lo que supone todo un honor".

Sobre la vocación lectora de los canarios, expone que "en las estadísticas, lamentablemente, no salimos muy bien parados". "Esto para nosotros, más que un problema, supone un incentivo de cara a crear un espacio que ayude a fomentar la lectura, sobre todo entre los jóvenes, pues muchos de ellos cuando se inician en ella descubren en los libros un mundo realmente apasionante", explica Antonio Rivero hijo.

Canaima se ha caracterizado siempre por estar a la última en todo lo que respecta a la comercialización de libros. En su día, en los años ochenta, se convirtió en uno de los primeros negocios del sector en el territorio español en afrontar el proceso de informatización de su inventario, una labor que sus actuales encargados recuerdan como compleja.

Ocurrió al poco de abandonar su enclave original, el Paseo de Tomás Morales, para mudarse a la calle Senador Castillo Olivares, 5 (actualmente ocupa el número 7). Nos situamos en los finales de los 70 y principios de los 80. Primaban sobre todo los contenidos universitarios, ya que la Universidad de La Laguna, la única en Canarias en aquellos tiempos, comenzó a autorizar estudios de derecho, informática, geografía e historia en Las Palmas de Gran Canaria . Ese cambio de ubicación permitió también ampliar sus contenidos.

Más de 30.000 títulos conforman en la actualidad el patrimonio de Canaima, de los más de 350.000 que figuran en su base de datos debidamente clasificados por materias y submaterias, lo que facilita el acceso a la búsqueda de información y su ubicación en la librería. En cuanto a contenidos, Laura Rivero, hija del fundador, afirma que "va por modas temáticas". "Por ejemplo, hubo una época en nuestra primera tienda donde había una demanda brutal de los libros sobre ovnis, fenómenos paranormales y esoterismo y, ahora, predomina la novela policíaca y también los libros de colorear de adultos". A su vez, apunta que la filosofía "siempre ha sido un tema que funciona muy bien".

A la hora de citar el título del libro de referencia en cuanto a demanda a lo largo de estos años de actividad, Laura Rivero, que con 18 años de edad comenzó su trayectoria profesional en Canaima, apunta a un auténtico clásico de la literatura: El Principito.

"Se trata, afortunadamente, de una obra que puedes disfrutarla en distintas etapas; si la lees a una edad temprana y luego la relees con más años, puedes descubrir vertientes diferentes del libro", apunta la responsable de la librería grancanaria, quien señala que mucha gente tiene "idealizada" la labor que se desempeña en un negocio de este género: "Cuando cuentas que trabajas en una librería, la gente dice 'que bien, rodeada de libros para leer', pero realmente desconoce la tarea que hay detrás, a la que debes dedicarle muchísimas horas y, casi, no te deja nada de tiempo para disfrutar de la lectura".

Uno de los puntos fuertes en la filosofía empresarial de esta librería, según Laura Rivero, es que todo aquel que llega a su local, "aunque no sea un lector habitual", encuentra un obra relacionada con alguna materia que realmente figure en un lugar destacado entre sus gustos: cocina, viajes, manualidades... "El abanico de opciones que le ofrecemos es tan amplio y variado que siempre encontrará el libro adecuado", manifiesta.

En ese afán de servicio al cliente, Laura Rivero recuerda, en tono desenfadado, la complicada tarea de desentrañar el título de una obra o su autoría a partir de un dato muchas veces erróneo o poco clarificador para iniciar la búsqueda. También rememora lo que costó, en los principios de su andadura comercial, conseguir "unificar un lenguaje" con las distribuidoras para evitar malos entendidos con el cliente: "Mi padre y yo nos dimos cuenta de que a nuestro primer local llegaba mucha gente que venía desde las librerías de la zona de Triana en busca de un libro que allí le decían que estaba agotado y que no lo podían conseguir. Luego, íbamos nosotros y lo obteníamos. Era un problema lingüístico, pues a lo que se referían era a que no tenían existencias y no se ofrecían a conseguirlo". También se convirtió en una labor ardua lograr que las editoriales y distribuidoras fijaran los plazos de llegada del pedido, "para dar un información exacta al cliente y que éste no tuviera que perder el viaje".

En su objetivo de prestar un servicio de calidad a los usuarios de su negocio y de adaptarse a las nuevas realidades sociales, Canaima ha dado un salto de calidad importante a su presencia en Internet, con la actualización de su página web oficial. Se trata de una herramienta donde no sólo se da a conocer la oferta comercial, adaptada a la práctica totalidad de dispositivos con los que actualmente convive la industria del libro, sino que sirve de espacio para interactuar con el público y los propios creadores.

Actividad cultural

Uno de los aspectos que se valora a la hora de entregar el sello de calidad que otorga el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte son las actividades culturales realizadas y la relación entre el establecimiento y otros agentes culturales de su entorno.

La única librería canaria que figura en el listado de 22 que cuentan en España con esta distinción puso en marcha hace unos dos años la iniciativa El sillón de Canaima, una propuesta de la cual sus precursores se encuentran "muy satisfechos".

"Creímos importante iniciar esa labor de espacio cultural e ir más allá de nuestra labor puramente comercial, tanto en nuestras instalaciones como colaborando con varios agentes de nuestra ciudad, explica Antonio Rivero hijo, como la Casa Museo Pérez Galdós, Casa África, Casa de Colón, Gabinete Literario, Palacete Rodríguez Quegles, CICCA y Centro de Arte La Regenta, entre otros.

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