A falta de cualidades cinematográficas, El secreto de una obsesión tiene el interés de mostrar juntas a dos estrellas como Julia Roberts y Nicole Kidman con sus distintas maneras de encarar el paso del tiempo en la gran pantalla. Mientras que la que fuera novia de América tras alcanzar la cumbre con Pretty woman no tiene el menor problema en aparecer muy desmejorada y renunciando a cualquier atisbo de glamour (ya lo hizo, aunque en menor medida, en Agosto), la actriz australiana se esfuerza por todo lo contrario aunque no vaya con el papel. No es una postura definitiva, ojo: Kidman no ha tenido reparos en Strangerland, una de las numerosas cintas que ha hecho en los últimos tiempos, en aceptar un papel que le exige mostrar un deterioro evidente. En la vida privada, sin embargo, sí son claras las distancias: que se sepa, Roberts no ha cedido a la tentación/presión de pasar por el quirófano para someterse a operaciones que intenten disimular el paso de los años. Todo lo contrario de Kidman, cuyos excesos, ahora más controlados, fueron la comidilla de Hollywood hace un tiempo porque hacían mucho daño a la expresividad de su rostro.

Llegaron al mundo el mismo año. Julia Fiona Roberts lo hizo en Smyrna, Georgia, el 28 de octubre de 1967. Nicole Mary Kidman nació en Honolulu, Hawaii, el 20 de junio, porque sus padres trabajaban allí, pero a los tres años la familia se fue a Sidney. De ahí que a todos los efectos se la considere australiana. Roberts obtuvo en 1989 su primer éxito con del dramón Magnolias de acero, pero nada comparable al bombazo que supuso Pretty woman un año después encarnando a una prostituta / Cenicienta que enamora al Príncipe Azul (Richard Gere). No volvió a tener un taquillazo semejante y su carrera alternó subidas y bajadas, con incursiones en distintos géneros (thriller y comedia romántica, mayormente) y con intentos frecuentes por unir su carisma al de estrellas masculinas (Mel Gibson, Brad Pitt, Nick Nolte...) sin resultados óptimos. En el año 2000, su papel dramático y comprometido en Erin Brokovich le dio su primer "Oscar" pero, curiosamente, a partir de ahí empezó a languidecer.

Kidman llamó la atención de Hollywood en Calma total, sobre todo la de su futuro marido, Tom Cruise, que la reclutó para Días de trueno y con la que coprotagonizaría el western Un horizonte muy lejano. Volverían a coincidir en el devastador rodaje de Eyes wide shut, la obra maestra póstuma de Kubrick que parecía presagiar el fin de su matrimonio.

Su esforzado papel en Las horas le valió el Oscar pero aunque ha trabajado con más asiduidad que Roberts y en proyectos más interesantes (más algún que otro fiasco), su carrera tampoco ha dado de sí todo lo que se esperaba cuando todo Hollywood se rendía a sus pies.