Los restos del poeta Pablo Neruda fueron trasladados ayer desde las dependencias del Servicio Médico Legal (SML) en Santiago hasta la ciudad costera de El Tabo, donde fueron entregados a sus allegados, quienes los sepultaron de forma definitiva en su casa de Isla Negra. El féretro del autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada fue recibido por una treintena de sus familiares, que le dieron de nuevo la bienvenida a su residencia más famosa, un espacio privilegiado frente al océano Pacífico convertido en una casa museo.

Fuera de la majestuosa residencia lo esperaba una decena de militantes del Partido Comunista que lo recibieron al grito de "Compañero Pablo Neruda, presente. Ahora y siempre!". El féretro del poeta, cubierto con una bandera chilena y un ramo de rosas blancas, fue enterrado en la parte baja del jardín de la casa, donde también está enterrada su tercera mujer, Matilde Urrutia. Los restos mortales fueron sepultados en el mismo sitio de donde salieron hace tres años y donde fue enterrado en septiembre de 1992, cuando autoridades y familiares lo trasladaron desde el Cementerio General para satisfacer su último deseo: descansar frente al mar.

Ceremonia

"Para nosotros el regreso del poeta a Isla Negra no es una ceremonia de muerte; volver aquí, frente al mar, es volver a vivir", declaró el presidente de la Fundación Neruda, Raúl Bulnes. Los familiares que le acompañaban, personal de la Policía de Investigaciones y algunos miembros de Partido Comunista le dieron ayer al poeta una despedida sobria y silenciosa. La ceremonia más festiva se realizó por la tarde, cuando las puertas de su casa se abrieron para que el público le diesra de nuevo la bienvenida al lugar.