"Umberto Eco era un genio y no ha habido ningún otro autor español que se le parezca". Así opina Jorge Lozano, catedrático, exdirector de la Academia de Roma y secretario de Redacción de la Revista de Occidente. Es autor de El discurso histórico y Persuasión. Estrategias del creer, entre otras obras.

El profesor Lozano presentó ayer El discurso histórico, una publicación, reeditada en 2015, con prólogo del desaparecido escritor y filosofo Umberto Eco, maestro, compañero y colega del autor, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. Jorge Lozano bromeó con el hecho de haberse adelantado en el tiempo a la hora de construir su teoría semiótica. "A raíz de mi tesis doctoral y tras varios trabajos, expuse de manera precipitada, aunque tuvo muchísimo éxito, mi planteamiento de la semiótica de la historia y ahora creo que es un concepto que se ha puesto de moda", explicó. El estudio y enfoque que propone Lozano sobre la Historia, se aleja del concepto de oficio y disciplina tradicional. En su lugar, este tema se aborda como un discurso. "En realidad, es la relación que tiene la historia como discurso con otros, como el de la ficción, porque los hechos reales y los imaginados tienen una consistencia común", argumentó.

La semiótica plantea que uno puede abordar y usar un texto como quiera, pero no interpretar. "Yo puedo ver el telediario como si fuera un western e imaginarme a Matías Prats en el papel de John Wayne, pero sé que es un telediario. De la misma manera, yo puedo tener un uso subjetivo de la Historia pero el texto me dice exactamente cómo debo interpretarlo".

Jorge Lozano lamentó la ausencia que le ha dejado la muerte de Umberto Eco, el 19 de febrero. "Se van a cumplir ahora 40 años de relación con él, desde el momento en que fui a estudiar con él a Bolonia. Progresivamente se mantuvo una relación de alumno, discípulo, colega y, por último, amigo. He estado con él todo el tiempo", señaló.

Por este motivo, Lozano considera que la figura de este escritor, filósofo, experto en semiótica, es irrepetible. Además, según expuso, consiguió la "proeza" de convertir El nombre de la rosa, "que habla de polémicas teológicas y que es una enciclopedia del medievo, en un best seller. Hay que se un genio y también un poco chulo".

Pero Eco era en sí mismo una enciclopedia andante. "Después de presentar El nombre de la rosa en el instituto italiano, me llamaron para un seminario donde quisieron comprobar página a página si los datos de este libro eran correctos. Y la precisión de los datos era perfecta, incluso los guiños y nombres buscados como el de Jorge de Burgos", recuerda éste.

Para Lozano, el gran legado de Umberto Eco es ético. "Fue un grandísimo profesor y sin concesiones, se implicó políticamente y creyó firmemente en la universidad, el conocimiento y el progreso científico. Lo mantuvo siempre".

El profesor recuerda que su última conversación se centró en los libros. "Era una persona entregada a su labor y nunca abandonó. Ojalá hubiera algún caso español similar. Yo no lo encuentro", apuntó.

Hoy, presenta la película El nombre de la rosa, a las 21.00 horas, en el Rodríguez Quegles. Antes revelará algunas curiosidades y datos pocos conocidos, como que Eco prefería a Alec Guiness en el papel que hizo Sean Connery.