Los cañones de guerra pronto empezarán a tronar en las cercanías de Santa Lucía de Tirajana, donde se revivirá para el cine el histórico episodio del sitio de Baler y la trágica odisea de 50 militares españoles que desde entonces, hace casi 120 años, se han conocido como "los últimos de Filipinas". Una nueva revisión de aquella inútil y absurda resistencia de casi un año que no evitó la pérdida de la última de las colonias españolas y con la que se ponía fin, en 1898, al decadente imperio hispano se empezará a filmar dentro de dos semanas en esta localidad del Sureste, donde se está construyendo una réplica de la iglesia y del poblado filipino donde se desarrollaron los acontecimientos. La película, que dirigirá Salvador Calvo en el que será su debut tras la cámara y que cuenta con un reparto de "superlujo", mantendrá durante siete semanas en Gran Canaria a un nutrido equipo de rodaje en un proyecto de seis millones de presupuesto, que busca inversores isleños que se quieran sumar a la financiación.

Enrique Cerezo, el productor, aseguró estar en negociaciones con inversores canarios para estudiar su posible participación en el proyecto. "Aún no hay nada cerrado", recalcó el también presidente del Atlético de Madrid.

Los máximos responsables de la película y varios de sus principales actores, entre ellos Luis Tosar, Carlos Hipólito, Eduard Fernández o Javier Gutiérrez, presentaron ayer en Madrid el inicio del rodaje y anunciaron que hoy mismo viajarán a Guinea Ecuatorial, una de las localizaciones, para empezar el trabajo. Tras nueve días en el país africano, darán el salto a Canarias para rodar durante un día en Tenerife, y posteriormente en Gran Canaria, donde se desarrollará la mayor parte de la producción. El director del film, Salvador Calvo, comentó la dificultad para encontrar una localización idónea en Gran Canaria ya que la alta protección ambiental a la que está sometido la mayor parte del territorio de la isla chocaba con las características del rodaje, con importantes simulaciones de efectos de guerra. Aseguró que la localización en la finca de Osorio, en Teror, donde inicialmente estaba previsto el rodaje, era uno de los enclaves que se estudió, pero consideró que la elección de Santa Lucia había resultado "ideal" porque al tiempo que permitía un rodaje que no afectaría al entorno paisajístico y faunístico, simulaba perfectamente la isla de Luzón, el enclave filipino en el que se desarrolla la acción.

Todos los participantes en el acto promocional de ayer insistieron en destacar que la película no es un remake de la que se hizo con igual título en 1945. Aquella Los últimos de Filipinas dirigida por Antonio Román era una "película franquista que contaba las glorias del imperios", mientras que la nueva versión "va a ser completamente distinta, que va a contar las miserias y lo dura que es una guerra". "Es una película de aventura y de personajes", afirma el director. Calvo explica que el guión es fiel a los hechos históricos, pero que hay una parte importante de "dramatización" y que también cuenta con personajes ficticios. "Hay algunos personajes creados por el guionista que nos sirven para contar la perspectiva del soldado que no tiene nombre, que va allí y se encuentra con todas esas vicisitudes y sufre una desilusión y un desencanto", cuenta el director.

Antibelicista

Pero la narración va tener un tono antibelicista y de denuncia del absurdo y la crueldad de la guerra, según resaltaron ayer varios de los protagonistas. El guionista, el cubano Alejandro Hernández, lo siente en propias carnes, y así lo cuenta: "Cuando tenía 18 años fui soldado en la guerra de Angola, en África, y a mí una historia como esta me saca muchos demonios de dentro". Hernández contó que en su primer escrito como guionista, hace veinte años, abordaba la guerra de Cuba, el otro episodio histórico sobre la pérdida de las últimas colonias españolas. "Ahora, veinte años después, me toca la guerra de Filipinas", comentó. "Es una historia de épica, de aventuras y que habla un poco de la verdad de la guerra", señala.