Juan Luis Sánchez ofrece ayer varias masterclasses en el marco del festival de animación Animayo, que acoge la capital grancanaria. El animador, que brinda su último taller hoy a las 12.00 horas, conoce bien a George Lucas, a quien define como alquien a quien "le gusta estar rodeado de gente creativa, y no le importa demasiado si las cosas no están perfectas".

Aunque técnicamente su labor se define como supervisor de efectos de caracteres el prefieree verse como un "sastre digital". ¿Su quehacer? En el proceso de la animación de los personajes, despues de que se ha realizado el movimiento de los cuerpos, a él le corresponde vestirlos, definir como se irán moviendo las ropas que los contienen. "Es un proceso técnico, en el que se usan conceptos físicos y mecánicos para hacer mover las ropas. Soy un sastre digital", explica.

Su historia tiene algo de cuento de hadas, con dinosuarios y mucha tecnología de por medio. "Yo estaba estudiando Físicas en la universidad, vi Parque Jurásico, que era una mezcla de programación y visuales, y me di cuenta de que ahí había algo", recuerda Sánchez. pa universitaria.

"Al acabar la carrera, envié mi currículo a un montón de sitioe y me contrataron en un estudio de animación de Los Ángeles y allí empecé", señala. Sus pasos laborales desembocaron en Industrial Light and Magic, el estudio de animación que regenta George Lucas. "Llegué allí y me plantearon hacer animación de telas. Así, me iban surgiendo oportunidades e iba tomando decisiones".

El mago George Lucas ha dejado una profunda impresión en Sánchez, que durante el tiempo de elaboración de los proyectos departió a diario con él. "Lucas era el guinoista, el director y el creador de mundos. Yo en ese proceso era uno de los artistas que intervenían en el prooceso de animación. Hablábamos cada día". El español aportaba su granito de arena a la poderosa visión de Lucas, alma mater del proyecto. "Una vez que te llegan las cosas, realizas la visión del director y tratas de solucionarle los problemas lo mejor que puedas. Si hay cosas en la historia que se puedan mejorar, pues intentas hablarlas con él y exponer tu punto de vista".

A pesar de su gran prestigio y del peso específico que tiene en la insustria, no es Lucas un profesional especialmente puntilloso o severo con su equipo de trabajo, tal y como lo recuerda Sánchez. "Es un director que conoce cine como ninguno con los que he trabajado", explica, "y perfeccionista hasta cierto punto. Hay cosas que le preocupan más y cosas que le preocupoan menos".

A menudo hablaban sobre "dónde quería dirigir el ojo en la secuen cia. Si no estaba perfecto, a veces no le importaba demasiado. A Lucas le encanta crear mundos nuevos. Es un hobre muy casual, no es supersociable, pero le gusta estar rodeado de gente creativa y hablar con ellas de muchas cosas. Tiene fama de tímido, pero no creo que lo sea".