El lenguaje cinematográfico y el pasado indígena de Canarias constituyen las dos pasiones de Armando Ravelo, que urdió con estos mimbres el Proyecto Bentejuí, con el propósito de plasmar distintos episodios de la historia aborigen de las Islas en clave ficcional. Después de Ansite (2012), donde retrata el última día de la resistencia indígena de Gran Canaria bajo el prisma de su líder Bentejuí, el cineasta teldense estrena ahora en salas Mah (2016).

Se trata de un cortometraje de 26 minutos que revive la naturaleza, engranajes y conflictos de las sociedades aborígenes y que, como novedad, gravita alrededor de la figura de la mujer o madre (mah, en amazigh) como "el alma de la familia". "Esta es la historia de una mujer que tendrá que enfrentarse a uno de los mayores problemas que sufrió entonces la sociedad indígena canaria", relata Ravelo, quien estrenó la película el pasado jueves en Multicines Monopol y anoche en el Cine Aguere -registró llenos absolutos en ambas salas- y que continúa su recorrido esta tarde en Fuerteventura, y el próximo 12 de mayo, en La Palma.

Esta película revestida de trazos bélicos está protagonizada por Laura Perdomo, en la piel de Tibaratma; mujer, mah y guerrera, cuyo personaje pone de manifiesto que no existe fuerza más poderosa que el amor de una madre, toda vez que su mensaje, pese a inscribirse en el papel de la mujer en la época prehispánica, "se dirige también a nuestros tiempos", apunta Ravelo.

Entre otros, completan el reparto los actores Maykol Hernández (El Guayre) y Francisco Vázquez (Mazzerre), quienes se embarcaron desde el principio en este proyecto cinematográfico que comenzó a filmarse el pasado mes de febrero en distintos enclaves de Gran Canaria, como el Jardín Canario, la cumbre de Tejeda y las viviendas reconstruidas del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. El proyecto contó con un presupuesto de 5.000 euros, con los patrocinios de distintas empresas y proyectos isleños.

Y el resultado es un peplum intimista donde cada uno de los elementos que convergen, desde la recreación del universo indígena en el contexto prehispánico hasta la banda sonora que lo arropa, están cuidados al detalle. Pero uno de sus rasgos más interesante es que, aunque la trama se interna en el terreno de la ficción y la libertad creativa, lo hace dentro de los márgenes del rigor histórico y documental. Esta precisión se sustenta en una gran labor de documentación, que apuntaló el seguimiento y supervisión en la construcción del guión por parte de Javier Velasco, arqueólogo, historiador y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), entre otros expertos. "En general, intento hacer proyectos bélicos que conecten con el público y que sirvan para contar historias unidas al alma de esta tierra", revela el cineasta grancanario.

Por otra parte, los diálogos de los personajes se desarrollan en lengua amazigh, pilar y sello identitario de la filmografía de Ravelo, que ya sentó un precedente con esta apuesta en Ansite, título que obtuvo ecos en pequeños festivales internacionales. En ambos casos, el cineasta contó con el asesoramiento de Ignacio Reyes, doctor en Filología y experto en lengua amazigh, para la reconstrucción lingüística. Con todo, la música de Navid Hejazi completa el mapa sonoro de esta apuesta cinematográfica, que engrosa el índice de títulos del Proyecto Bentejuí.

"En Ansite contamos con más de 100 personas y 40 extras", recuerda el cineasta. "Ahora, el proceso de trabajo ha sido bastante más simplificado, más íntimo y sencillo, pero también ha sido mi proyecto artísticamente más ambicioso". "Esta es la historia con la que estoy más satisfecho, porque refleja lo que he querido contar", agrega, a modo de balance, y pone especial acento en que "proyectos como este demuestran que en Canarias existe potencial para sacar adelante apuestas como esta".

Asimismo, el cineasta reconoce que "el pasado indígena de Canarias siempre ha sido un tema que me ha apasionado y estos últimos 10 años constituyen el periodo en que más se ha descubierto acerca de la historia indígena de Canarias". "Siempre he sentido ese misterio en torno a cómo vivieron nuestros antepasados; cómo comían, cómo se sentaban o cómo hablaban", revela. En este sentido, Ravelo manifiesta el discurso crítico que atraviesa su proyecto cinematográfico de divulgación del pasado histórico del Archipiélago. "Creo que existe un déficit grave de conciencia y de conocimiento sobre nuestra propia historia en Canarias", apunta. "Nuestros traumas y conflictos son el resultado de ese proceso de mestizaje y colonización no resuelto y creo que el hecho de que en Canarias estemos a la cola en tantos aspectos sociales, políticos, identitarios y culturales se debe precisamente a no tener claro ese proceso", asevera.

Con todo, Mah permanecerá en las salas del Monopol a lo largo de la semana próxima, para quien desee embarcarse en el relato de esta historia personal y, a un tiempo universal.