La expectación popular que ha despertado en Las Palmas de Gran Canaria el rodaje de Allied ha ido cambiando de escenario desde el pasado jueves a medida que fueron llegando las grandes estrellas y comenzaron a rodar. La novelería y el gentío era más que previsible desde que se conoció que las bondades económicas y de localización y servicios que brinda la Isla a la industria del cine habían fidelizado esta superproducción de Paramount Pictures, GK Films y la productora canaria Sur Films. Las medidas de seguridad, el cierre perimetral de los tres principales sets de rodaje en la capital, el corte de calles al tráfico rodado y humano, todo ello en un aura de confidencialidad propia de una película de esta envergadura, no ha sido un impedimento para que el común de los espectadores busque el mejor acomodo posible y ser testigo de un rodaje histórico.
Una multitud de seguidores y curiosos se ha ido desplazando por toda la ciudad como si formaran parte del equipo técnico de la mayor superproducción que se ha desarrollado hasta el momento en Canarias. Todos en busca de una foto, un selfie con las estrellas, un autógrafo o, simplemente, la posibilidad de poder contar que estuvo al lado de Brad Pitt y éste le saludó.
El primer destino para semejante empresa fue el Hotel Santa Catalina de la capital grancanaria, donde el pasado jueves, 19 de mayo, una troupe de admiradores se pertrechaban frente a la entrada para recibir al actor protagonista de Allied, Brad Pitt y al director, Robert Zemeckis, así como al resto del elenco formado por Marion Cotillard, Lizzy Caplan o Jarred Harris, ente otros.
Allí se encontraron con que Cotillard no llegaba hasta el viernes a mediodía, y que las estrictas medidas de seguridad impidieron lograr la ansiada foto del actor protagonista de Corazones de acero, El club de la lucha, Seven, Malditos bastardos o Thelma y Louise.
Sin embargo, la espera no fue en balde ya que Robert Zemeckis tuvo la gentil amabilidad de posar durante unos minutos ante la prensa y firmar autógrafos a los seguidores que los aguardaban. El gesto del director de Forrest Gump, Naúfrago, la saga Regreso al Futuro o Tras el corazón verde fue muy aplaudido por todos.
La troupe se fue diluyendo en el área del citado hotel capitalino a medida que pasaron las horas, aunque el viernes aún muchos aguardaban la salida de Brad Pitt y la llegada de la actriz francesa Marion Cotillard, la última de las grandes estrellas del elenco en incorporarse al equipo de Allied.
El sábado, no obstante, el Hotel Santa Catalina volvió a recuperar la normalidad. De la multitud inicial, ayer ya sólo quedaba el trasiego del personal técnico del rodaje, y ni rastro de los actores. Apenas algún que otro despistado que llegaba buscando al actor Brad Pitt principalmente, sin saber que ya no se hospedaba allí. El protagonista de Allied, el espía Max, si hizo noche el jueves y en la intimidad, alojado en una habitación doble. No se le vio en el cóctel de bienvenida al que si asistió el grueso del equipo técnico. Su morada en su estancia en Gran Canaria continúa siendo uno de los grandes secretos del rodaje, aunque todos los indicios apuntan a que podría haber utilizado una noble casona en el barrio de Vegueta. E incluso, se baraja que podría haber buscado refugio, junto a su familia, en un complejo hotelero en el sur de la Isla.
El segundo punto neurálgico de la fan zone se activó el viernes con el inicio del rodaje de la película en el barrio capitalino de Arenales, desde la plazoleta Padre Hilario, hasta las calles Perojo, Núñez de la Peña, Perdomo y Canalejas. Los cortes de acceso a las vías y la estricta vigilancia, no impidió que la mayoría de los seguidores lograran captar la imagen tan deseada de los actores protagonistas antes de que se encendieran los focos y comenzaran a rodar.
No obstante, el momento álgido fue cuando Brad Pitt tuvo la deferencia de saludar a los admiradores, lo que derivó en escenas de júbilo que se oyeron por todos los alrededores. "Se sabía donde estaba Brad Pitt por el grito de las adolescentes", comentaban los vecinos del barrio.
El sábado, la ciudad se dividió en dos en lo que al fenómeno fan, se refiere. Por la mañana, Malteses, en la zona de Triana-Alameda, se convirtió en una auténtica novelería, al ser una de las calles que se han transformado en plató de cine, simulando la ciudad marroquí de Casablanca, donde hoy se llevará a cabo la última jornada de rodaje en Gran Canaria.
Cientos de personas pasaron por allí ayer para fotografiar sus decorados, y adentrarse en la atmósfera del Marruecos de los años 40, en medio de un ambiente festivo, con la calle llena de arena, y los comercios tematizados con la cartelería en árabe.
El otro enclave cinematográfico de la capital grancanaria fue ayer el entorno de plaza de Manuel Becerra y la edificación de la antigua Fábrica de Hielo, donde hacia el mediodía se desplazaron los seguidores de la película para volver a tener la oportunidad de ver de cerca a los actores de Hollywood. Ni el horario, ni el amago de lluvia que amenazaba que cayó en algún momento, disuadió a los seguidores de abandonar sus ventanas, balcones y rincones donde curiosear en el ambiente cinematográfico.
Además, los pacientes espectadores, recibieron de nuevo la recompensa de poder ver de cerca al actor estadounidense, que volvió a hacer alarde de su simpatía, aproximándose a ellos en la zona portuaria para saludarlos. Los que aún no hayan podido sentir los aires de Hollywood en nuestra tierra, o quieran repetir la experiencia, tienen hoy la oportunidad de asistir a la última jornada de rodaje en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, en la Alameda de Colón y las calles Remedios y Malteses. Eso sí, con las mismas medidas de seguridad que se han empleado desde que el viernes iniciaran los trabajos.
A partir de mañana lunes, el equipo de Robert Zemeckis se traslada a Fuerteventura donde, con toda probabilidad, los cineastas volverán a estar arropados por la población durante los dos días que durarán los trabajos allí.
