Los Sabandeños continúan celebrando sus 50 años, esta vez con un documental que hace un recorrido por su carrera desde sus inicios y desentrañando la esencia de la agrupación folclórica de La Laguna a modo de homenaje para el centenar de personas que han pasado por la agrupación. El joven Víctor Calero ha sido el encargado de dirigir Sabanda, que se estrenó el pasado vierne en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. Este teatro albergó la segunda actuación pública de Los Sabandeños, por lo que el acto de estreno adquirió un cariz especial y más aún teniendo en cuenta que lo presentó quien entonces lo hizo, Eliseo Izquierdo, cronista oficial de la ciudad de Los Adelantados.

Con una producción y dirección de fotografía de Iombi García, Sabanda supone el proyecto más emocional y familiar de Calero, nieto del director y miembro fundador de Los Sabandeños, Elfidio Alonso. "Es una gran responsabilidad ser nieto de Elfidio, no es fácil, y he sentido más presión", explica Calero, que estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid. "Me gustaría que este fuese mi gran regalo a mi abuelo", confesó el joven lagunero. Alonso asegura estar muy orgulloso de que el elegido por el grupo para realizar el documental fuese uno de sus siete nietos.

A pesar de que el documental, de alto nivel técnico, se logró hacer en un año, lo cierto es que llevaba en la cabeza de Calero mucho más tiempo. "Siempre me imaginé a un hombre con una manta esperancera adentrándose en la neblina de un pinar en La Esperanza", reconoce el director. Y con estas imágenes es como empieza el documental.

Calero ha crecido escuchando al grupo nacido en la finca de José Peraza de Ayala, un amante de las tradiciones que reunía en su casa a los mejores cantadores de Punta del Hidalgo. "Recuerdo que mi hermano y yo jugábamos a ser sabandeños: yo me ponía una manta que me había hecho mi abuela y él cogía una pandereta", rememora Calero, quien reconoce que "lo difícil del documental fue resumir en una hora 50 años de historia".

El archivo del grupo daba para mucho, incluyendo las ocho horas de magnetofón grabado por Peraza de Ayala con el sonido de los primeros sabandeños pero prefirieron rodar como si no existiese nada "y luego lo salpicamos con imágenes del archivo sin abusar y de la forma más original posible". Y es que Calero no quería un documental cualquiera y, alejándose del blanco y negro histórico, buscó una imagen renovada del grupo con imágenes actuales.