"Brad Pitt la ayudó en un momento de angustia en el que le faltaba el aíre. Así que, para ella, es su héroe. Se comportó como tal y estamos muy agradecidas", explicó ayer María Dolores Hernández, la madre de la niña de 11 años que el domingo pasado se convirtió en protagonista involuntaria en el rodaje de Allied en Las Palmas de Gran Canaria, al acabar, tras un incidente sin consecuencias, en los brazos de la estrella. "Es guapísimo y no lo olvidaré en la vida", apuntó Claudia María Bogausch, que se descubre como actriz en ciernes y se ofrece para trabajar con su rescatador.

Y es que solo ella logró estar con Brad Pitt, una de las estrellas más solicitadas del firmamento de Hollywood, que aterrizó el jueves pasado, día 19, en el Aeropuerto de Gran Canaria. Durante cinco días, antes de abandonar la Isla el lunes para continuar el rodaje en Fuerteventura, miles de fans del Archipiélago acudieron al Hotel Santa Catalina y las distintas localizaciones de esta superproducción en la capital grancanaria con la ilusión de ver al actor norteamericano de cerca y, en el mayor de los anhelos, sacarse una foto con él. Pero, entre todas estas personas, solo ella, una niña de 11 años, pudo verle, tocarle y hablar con él. "He visto muchas de sus películas. No todas, pero muchas. Me gusta Leyendas de pasión y Troya", explica la niña. "Ahora voy a ser la primera en ver la peli cuando se estrene", añade con una sonrisa de oreja a oreja y una fecha apuntada: 23 de noviembre.

Todo ocurrió tras un cúmulo de coincidencias y una situación desagradable que se convirtió en un sueño hecho realidad. Claudia y María Dolores se encontraban en su casa la tarde del domingo cuando decidieron acercarse a la Plaza de Manuel Becerra para ver el ambiente del rodaje. El reclamo de artistas como Pitt, Cotillard, protagonistas en el reparto de la producción de Paramount Pictures y GK Films, con la dirección de Robert Zemeckis, añadían una pizca de emoción a una aventura que ellas se tomaron sin expectativas; con la simple ilusión de quien va a ver una cabalgata de Reyes. "La verdad es que pensamos que no veríamos a nadie", reconocen ambas.

Llegaron sobre las 17.30 horas y al ver que había muchos huecos libres, "elegimos un punto donde pudiéramos seguir el movimiento de la película estando tranquilas", explica la madre. Claudia llevaba una chaqueta blanca, con un estampado de flores y dos coletas. Ahora solo se quita la prenda y el peinado para dormir. "Es la chaqueta de la suerte", bromea ella.

Pasadas las nueve de la noche, buena parte de las ilusiones se habían disipado. Claudia le dijo a su madre que podían marcharse, cuando a lo lejos escucharon el nombre de la estrella entre el griterío de la gente. El actor se acercó para saludar a sus seguidores con la fortuna o la mala suerte de coincidir con la zona donde madre e hija esperaban. "Todo ocurrió muy rápido", apunta la madre. Pitt se subió en el remolque de un camión y, entonces, se produjo el tumulto de seguidores que reclamaban la atención del artista americano.

En ese momento, Claudia quedó atrapada contra la valla y, en ese momento de angustia, sintió que le faltaba el aíre. Así se lo dijo a su madre y María Dolores, preocupada, intentó levantarla en peso para que pudiera coger altura y tomar una bocanada de oxígeno. Según cuenta ambas, el actor se percató de la situación y se asomó sobre una valla de dos metros de altura para tomar en peso a la pequeña Claudia y aliviar su apuro. Ella recuerda sentir como Brad Pitt le tocó el pelo en un gesto cariñoso.

"Él me habló", recuerda la niña, con una pregunta repetida: "Good? Good?" Pero, Claudia no pudo responder. Entonces, un miembro del equipo de seguridad que acompañaba al artista intervino para alzar a la niña y llevarla a que la tendieran en una ambulancia. "Yo estaba bien", aclara. "Solo me mareé un poco, pero se me pasó enseguida. No me desmayé, ni me pasó nada raro", asegura orgullosa, antes de señalar con ilusión como en el momento del rescate "se me quedó algo de su maquillaje en mi cara y olía bien", apuntó.

Ahí empezó lo bueno y la ansiedad anterior se transformó en un sueño que ni Claudia ni su madre olvidarán en la vida. "Vino uno de los responsables de la película y nos preguntó si queríamos ver cómo trabajaba Brad Pitt", relatan.

"Estaba a solo un metro y medio de mí, y vimos como rodaban la escena", revive con emoción. Claudia guarda un gran número de detalles en su memoria. Pero destaca una sobre el resto: "Es guapísimo. Más guapo que en las películas".

La niña custodia varias fotos con el artista. Claudia y su madre reconocen que no se atrevieron a pedir nada. Tan solo esperaban y veían todo con los ojos como platos. Tras rodar la escena, fue el propio Pitt el que de nuevo se acercó a ellas y les propuso conservar el momento con unas instantáneas, en las que el actor sale con el vestuario de la película: un traje gris, camisa blanca, corbata y un sombrero a juego. El actor, esta vez con una gran sonrisa, le volvió a preguntar a Claudia si se encontraba bien. "Good? Good?". Ella le respondió en una mezcla de inglés y español, antes de guardar un segundo de silencio en su relato para revelar, con una sonrisa de oreja a oreja, y un poco de timidez su confesión al oído de la estrella: "I love you, Brad Pitt".

Pasado el encuentro, Claudia abandonó la localización con un grito entre el público: "Campeona".