¿Cuál es la esencia de una gira tan especial como Delicatessen
En Delicatessen somos Alejandro y yo, con el piano y la voz, descubriendo la esencia de Marlango, mostrando cómo surgen y cómo componemos las canciones. Nosotros planteamos un recorrido que comienza con la primera canción que escribimos pero, luego, el viaje sigue muy de la mano del público y de lo que le apetezca. La esencia de Delicatessen es que nosotros llevamos los ingredientes y los cocinamos entre todos, en directo, en el escenario.
¿Por qué escogen este formato de "concierto a la carta"?
Nosotros siempre intentamos ser atentos con nuestro público y nos divierte que nos proponga canciones, tanto propias como versiones. Y el caso es que, incluso con una formación pequeña como la que éramos antes, con guitarra, piano y voz, teníamos algunas limitaciones. Pero el formato de piano y voz es la libertad total en el escenario. Por eso, cada concierto es especial, espontáneo y único.
¿El público se inclina por su repertorio en inglés o en castellano? ¿Cuál prefiere usted?
En ambos casos, depende mucho del momento. Me ha ido sucediendo una cosa muy bonita, que es que el idioma ya pasa a un segundo plano. Ambos se mezclan de una manera tan natural, que a veces no soy consciente de en qué idioma estoy cantando (risas). Al final, es como un instrumento más, como si tocases un violín o una viola, porque cada idioma tiene una sonoridad y un timbre diferente.
¿A qué porvenir se refiere este nuevo álbum?
Cantamos al porvenir que nos mantiene vivos a todos, a ese mañana que siempre es una promesa. También es un homenaje a Ángel González, que es un poeta que nos encanta y que inspiró mucho ese disco, sobre todo, con su poema El porvenir, que dice que "te dicen el porvenir porque no llegas nunca", y que es uno de mis favoritos.
Dice que es importante que cada disco quede lo más lejos posible del anterior. ¿Lo ha conseguido en El Porvenir
Sí, definitivamente. También porque nos pusimos en manos de Sebastian Krys, el productor, que nos embarcó en este viaje, no sólo geográfico, sino musical y emocional. Como artista, intentas expandir tu territorio pero, al final, uno siempre acaba haciendo lo que es.
Y mirando ahora hacia atrás, ¿cuál es el balance de esta década de trayectoria?
El nuestro es un balance feliz. Nunca pensamos que llegaríamos tan lejos, ni siquiera con el primer disco, y ya llevamos más de 10 años girando y viajando por el mundo con nuestras canciones. Para mí, esta profesión es un regalo; con sus partes duras, sus aprendizajes, pero siempre un privilegio.
Ahora, tras la marcha de Óscar Ybarra, ¿supone un reto continuar en formato dúo?
El dúo es exigente, muy exigente, pero es muy bonito también. Alejandro y yo hemos compartido muchas cosas y, por suerte, seguimos compartiendo mucho.
En este disco exploran, además, su vertiente social con el tema Dinero
Esta canción surgió por esa necesidad de recoger lo que sucede alrededor. Por desgracia, en los últimos 10 años, los titulares de todos los periódicos y las conversaciones en las calles giran en torno al dinero. Y de ahí nace esta canción, porque es lo que está en boca de todo el mundo. Pero aunque es una tristeza, nosotros la compusimos como una canción muy cabaretera y muy lúdica. Además, cantarla con Enrique ha sido un sueño hecho realidad. Él es increíble y muy generoso, como persona y como músico. Esta canción es para él.
Marlango nace en plena crisis, ¿cómo es remar a contracorriente en el ojo de la tormenta?
Así es, creo que esa expresión nos define, tanto en la música como en el cine. Ahora, en vez de tener 10 guiones en la mesa, tienes dos. Y cientos que se pelean para conseguirlo. Y en vez de tener una gira con seis músicos, cuatro técnicos y 80 conciertos, tienes una gira mucho más modesta. Pero yo creo que, aunque cambia mucho lo material, lo esencial no cambia. Cuando íbamos a grabar el primer disco, todos nos dijeron que estábamos locos por sacar el disco en plena crisis, ¡y ya han pasado 10 años! Lo importante es saber que nunca se va a dejar de hacer música ni de contar historias. Así que, aunque se vuelve más duro el día a día, la esencia es la misma.
¿Qué supone dedicarse al cine y a la música en España?
Yo creo que en España, por alguna razón que desconozco, y que seguramente viene del Siglo de Oro, la cultura es más bien una excusa social. Me explico: la gente no va a un concierto para escuchar el concierto, sino que va al concierto para ver a los amigos. España es un país social y la cultura se vive dentro de esos parámetros, no como un valor en sí misma. Además, el artista siempre ha sido visto en España como un buscavidas, no hay un respeto por lo que supone dedicarte a la cultura. Y si te fijas, España siempre ha sido un país de artistas increíbles, pero que siempre han salido adelante porque se lo han peleado ellos, no porque haya una red de apoyo institucional.
Y en ambos ámbitos, ¿quiénes son sus referentes?
¡Qué difícil! En la interpretación, por ejemplo, la actriz Nathalie Poza es una mujer que me inspira, siempre estoy atenta a lo que hace y cómo lo hace. Luego, están las grandes intérpretes con una gran trayectoria, como Gena Rowlands. Pero ahí tendría que citar a Patti Smith, creo que ella es mi gran referente como artista, como mujer y como madre. El día que supe que Patti Smith tenía tres hijos, y que seguía siendo como es, y haciendo lo que hace, y siendo la más rockera, pensé: Entonces, realmente se puede, existen maneras de hacerlo. Y, bueno, en general, me nutro mucho de mi alrededor. Por ejemplo, la otra noche fui a un concierto de Mark Lanegan y, como cantante y como letrista, sé que voy a vivir de ese concierto durante bastantes meses. Mucha gente hace muchas cosas increíbles cada día.
