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Lidia Machado: "A escribir se aprende, pero si no se tiene un don nunca serás un poeta"

"Pido a quienes no leen libros de poemas que ojeen 'Testamento' y puedo hacerles cambiar de opinión", manifiesta la escritora

La escritora Lidia Machado Hera. LA PROVINCIA / DLP

¿Su poemario se titula Testamento

Esa es una interpretación errónea del título que se realiza al definirlo según la concepción usual, que es la jurídica, pero en un sentido más amplio testar significa legar, que es algo que vamos haciendo constantemente. Con este testamento estoy legando todo el exorcismo y la fusión que ha supuesto la creación de este poemario durante un año. Lego al resto, porque ¿qué es un poeta en sí mismo sino la voz de muchos? Escribiendo elevo la voz de los demás, que no tienen la capacidad de poder expresarse y sin embargo todo el mundo tiene algo que legar a los demás.

¿Por qué los poemas están agrupados en cinco conjuntos que hacen alusión a cada uno de los sentidos?

Son un homenaje a los cinco sentidos, porque a través de ellos estamos legando nuestro paso por el mundo. Cuando recordamos a una persona realmente evocamos una imagen, un olor, una caricia, por eso cuando rememoramos no lo logramos mediante ideas, sino que inconscientemente lo hacemos a través de sentidos como la vista, el olfato y el tacto. Por eso, aunque no seamos conscientes de ello, legamos a través de los sentidos.

¿Qué significa este poemario en su trayectoria literaria?

Define un estilo que hasta ahora iba escrutando, una dirección que buscaba, pero que no se había manifestado. Algo que un escritor canario expreso diciendo: "busco un lugar para mí mismo y lo he encontrado, entre la sexualidad y el erotismo, sin olvidar la realidad cotidiana". He buscado el modo de hacer llegar la idea que quiero transmitir a los demás a través de esas percepciones y creo que en la parte de esta obra en la que lo he conseguido de una manera más perfecta ha sido en la última sección, la dedicada al sentido del gusto, que es un recorrido por las cocinas, ¿Qué hay más cotidiano en nuestras vidas que las habitaciones de los hogares en las que se prepara la comida?

Sus poemas son muy visuales y varios aparecen al lado de una foto que muestra lo que los versos expresan.

He querido crear un afianzamiento visual a través de la imagen que a la vez lleve al lector a preguntarse por la veracidad de ese dicho que afirma, a modo contraposición, que una imagen vale más que mil palabras. Es evidente que no todo el mundo reaccionará de la misma forma, un fotógrafo le dará más importancia a la imagen, mientras que un amante de la literatura se la concederá al poema, es un divertimento curioso.

¿Su poesía ha mejorado con el paso del tiempo?

Mi abuelo, que entre otras cosas era un brillante decimista, es decir, un poeta repentista que usaba la décima, la estrofa de diez versos que se emplea en Iberoamérica para la improvisación, me dijo cuando empecé a escribir con doce años: "a escribir se aprende, hay reglas, pero en poesía no, si no tienes un don nunca serás poeta y mucho menos uno bueno". Me aseguró que con el tiempo sabría si era una buena poetisa. Fue algo que se me ha quedado grabado y ahora sé a qué se refería porque incluso puedo medirlo, pero no por el éxito, que es elitista, sino por la repercusión y la disponibilidad de las editoriales. Me considero una buena poetisa porque me ha sido posible publicar seis obras y en la presentación de la última había más de doscientas personas. Escribir poesía no es una arte menor, es un privilegio tener el don de poder hacerlo.

Lo caribeño constituye una parte importante de Testamento

Soy de origen cubano por parte paterna, con lo cual lo caribeño no sólo tiene que ver con mi obra, sino con mi identidad. Bailar, escribir y cocinar son las tres cosas que me hacen sentir libre, lo cual es algo muy caribeño. Concibo la escritura como parte esencial de mi vida, puedo diversificarme en muchas cosas, escribo desde literatura infantil hasta erótica, pero en lo que me siento más cómoda es en la poesía.

El placer que inspira el tabaco en su poema Oda al retrato del selecto fumador puede ser visto como algo políticamente incorrecto en esta época en la que todos están volcados en mostrar los efectos perjudiciales del tabaco.

Ese poema está basado en el recuerdo de mi abuelo, que producía si propio tabaco, lo procesaba artesanalmente y finalmente lo fumaba. El tabaco era su gran placer, un éxtasis tras la dura jornada, un proceso natural de la vida. Ese es el mensaje del poema, que no siempre fue un vicio, sino que hace tiempo constituía toda una forma de vida.

¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que le ha deparado escribir poesía?

Una de las cosas que más me han gustado de todo lo que me han dicho las personas que se han acercado a agradecerme y felicitarme por este libro es que me han confesado haberlo leído varias veces. Me congratula transmitir con la esencia del sentimiento, con naturalidad, que la gente me diga que mi poemario es su libro de cabecera, porque aspiro a ser útil a las personas que por azar se topen con alguna de mis obras. Por eso pido a quienes no compren libros de poemas, que se acerquen a una librería y por lo menos ojeen Testamento, puedo hacerles cambiar de opinión.

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