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La momia guanche se hace un TAC

Los restos conservados en el Museo Arqueológico y los de otras tres egipcias se sometieron a un escaneado para completar la información sobre su fisonomía y causas de la muerte

Este ejemplar, que corresponde a un hombre de 1,71 metros de altura, estuvo cuatro horas fuera del museo, al igual que las tres egipcias

Con la delicadeza que requiere una joya única como este ejemplar de momia guanche, los técnicos del Museo Arqueológico Nacional en colaboración con el Hospital Quirónsalud de Madrid han procedido al escaneado de estos restos humanos, los mejor conservados que existen en todo el mundo de un antiguo aborigen de Canarias.

Este proyecto, pionero en España, supone una gran oportunidad que permitirá a los expertos llegar a mejorar el conocimiento que se tiene de su anatomía y recabar información sobre su contexto histórico. Junto a esta momia guanche también han sido escaneados los cuerpos de otros tres ejemplares de momia egipcia, un sacerdote y dos mujeres, la más joven pudo haber vivido entre el 845 a. C. al 664 a. C.

Todo este complejo proceso se llevó a cabo siguiendo un estricto protocolo para garantizar las mejores condiciones de conservación de las momias durante las cuatro horas en las que permanecieron en el exterior del Museo Arqueológico Nacional. Un grupo de once personas realizó el traslado, coordinado por tres expertos en Conservación y Antigüedades.

Las cuatro momias fueron analizadas con un equipo de tomografía computarizada de última generación que permite obtener imágenes de muy alta resolución de los cuerpos.

En Europa existen pocos equipos con estas características, que se suelen utilizar principalmente para el estudio de patologías pulmonares, abdominales, cerebrales, cardiacas y oncológicas. Gracias a las características de esta nueva tecnología se podrá obtener imágenes detalladas de la estructura ósea de las momias, sus piezas dentales, la posible presencia de patologías que hayan dejado huella en los huesos, incluso se podrá determinar el estilo de vida que llevaron mientras vivía. También se podrá desvelar las características del embalsamamiento y la posible presencia de amuletos y otros objetos que frecuentemente acompañaban al cadáver.

Una primera observación ha mostrado detalles inéditos de su fisonomía. Desde el Museo aseguran que a partir de estos datos necesitarán que un grupo de expertos inicie un análisis minucioso para determinar toda esa información oculta que llevan consigo estos ejemplares, desde hace tanto tiempo.

Todo este proceso, así como la información que se recabe de este estudio formará parte de un documental que cuenta con el apoyo de RTVE y Story Producciones y que se emitirá en el 2017.

De Herques a Madrid

Los avatares de esta momia guanche han sido variados y diversos. Hay que remontarse a la época del rey Carlos III, quien en 1776 ordenó su traslado al Gabinete de Historia Natural. Entonces, estos ejemplares eran vistos casi como objetos exóticos, y fueron muchos los amantes de la ciencia que viajaban a las islas en busca de una momia con la que 'decorar' su despacho o laboratorio.La aparición en Tenerife, Gran Canaria y La Palma de cuerpos momificados provocó a finales del siglo XVIII una auténtica fascinación por estos restos humanos. El historiador Rumeu de Armas confirma que se produjeron sistemáticas expoliaciones por parte de aventureros, científicos y aficionados. Los museos y gabinetes antropológicos de España, Europa y América solicitaban a las autoridades de entonces la posibilidad de que les fuera generosamente facilitado alguno de estos ejemplares.

Como así ocurrió con la momia guanche que permanece en Madrid y que procede, según confirman diversas fuentes, de una cavidad conocida como santuario de los Menceyes de Herques, una cueva que acogía las momias de todos aquellos que gobernaron el sur de la isla, así como de sus familiares directos.

Este aborigen canario de 1.71 metros de altura, y en perfecto estado de conservación, fue durante muchos años la pieza más valiosa del Museo Nacional de Antropología de Madrid, un antiguo caserón cercano a la estación de Atocha. Entonces, la momia, metida en una sencilla urna de cristal, compartía estancia con los restos de un gigante de Extremadura, que vendió para la posteridad su enorme esqueleto, además de una variada amalgama de figuras hechas de yeso, cuadros de africanos con piel de tigre, y una colección de máscaras barnizadas del Pacífico sur. Todos estos objetos aparecían en la sala que acogió durante años a esta momia guanche.

El Cabildo de Tenerife ha pedido de forma reiterada que este ejemplar fuera devuelto a la isla, pero desde el Ministerio de Cultura siempre se argumentó que trasladar estos restos humanos hasta Canarias podría resultar perjudicial para la momia.

Con la nueva ubicación de este ejemplar, desde el año 2015 se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, las relaciones entre la Corporación tinerfeña y el Ministerio se han serenado, y aunque confían en lograr que algún día vuelva a casa, de momento apuestan por mantener abiertas, de forma más sosegada, las líneas de comunicación con el Gobierno y los responsables del Museo.

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