José Luis Armenteros fue una mente privilegiada, aunque más bien a la sombra de la partitura que en los escenarios. Es decir, fue compositor de éxitos que varias generaciones reconocen; éxitos de diversos grupos y solistas, además de lo conseguido con su banda nodriza, Los Relámpagos, formación que interpretó muy bien la parte instrumental del mundo pop que se adentraba en España en los años sesenta. Precisamente junto a su compañero de grupo Pablo Herrero firmó toda una retahíla de éxitos de diversos estilos.

José Luis Armenteros falleció el sábado a los 72 años de edad. Para que la gente sitúe su obra, sólo hay que señalar que de su cabeza y sus partituras nacieron canciones como Un beso y una flor, Libre y América, piezas que Nino Bravo colocó en lo alto de las listas de éxito con su voz de aire atenorado. Pero también el tan escuchado Libertad sin ira que Jarcha puso de moda en plena Transición, tanto que se convirtió en un himno de aquel tiempo predemocrático. No había género que se le escapara, ya que de sus creaciones salió también Como una ola, canción que tanto se celebró en voces de Rocío Jurado y Raphael.

Y claro, era el creador de muchas de las perlas veraniegas, o no, de Fórmula V, léase Cuéntame, La fiesta de Blas y Eva María. Precisamente el líder y voz de la banda, Paco Pastor, mostró su pesar en la red por la muerte del compositor. Lo hizo a través del Facebook, donde escribió que era un día "tremendamente triste para la música". Y añade: "Siempre he dicho que ha sido junto a Pablo Herrero el autor más prolífico y versátil que ha dado la música en español". No en vano para su grupo, además de lo citado, también creo hits como La cenicienta y otros.

Paco Pastor evocó precisamente a todos los cantantes y grupos que ayudó: "No sólo ha sido importante para nuestro grupo, sino que también lo fue para la carrera artística de Nino Bravo, Francisco, Basilio, Juan Bau, Rocío Jurado, Jarcha y un sinfín de artistas, para quienes escribió muchos de sus temas más conocidos", recordó Pastor. Además definió su personalidad: "Sencillo, discreto, cariñoso y sabiendo sonreír hasta el final. José Luis, nunca te olvidaremos", escribió Pastor.

Con Los Relámpagos, grupo pionero del pop, estuvo casi toda la década de los sesenta, una formación que funcionó como un reloj con Pablo Herrero (órgano), José Luis Armenteros (guitarra), Ricardo López Fuster (batería) e Ignacio y Juan José Sánchez-Campins (guitarra y bajo, respectivamente). El grupo se asentó definitivamente con su fino estilo, sus adaptaciones y, desde luego, marcando época como instrumentistas.