Bienvenidos al escalofrío. Después de Nikola Tesla y Julio Verne, el escritor Miguel A. Delgado le ha echado su fantástico ojo al mito de Frankenstein. El resultado: la exposición que hoy abre sus puertas en Madrid sobre Terror en el laboratorio. De Frankenstein al doctor Moreau. La idea nace del 200.º aniversario de la legendaria velada de 'Villa Diodati' donde surgió la idea de Mary Shelley para escribir la novela Frankenstein.

Comisario de la exposición junto a María Santoyo, Delgado explica que a lo largo de seis obras literarias (Frankenstein, El hombre de la arena de E. T. A. Hoffman; El doctor Jekyll y Mr. Hyde, de R. L. Stevenson; La Eva futura, de A. V. de L'Isle-Adam, y El hombre invisible y La isla del doctor Moreau, de H. G. Wells), la muestra "recorre de dónde surgieron las ideas que cristalizaron en las obras y las influencias que han tenido en el mundo de la cultura. Nacidas en el siglo de la ciencia y la tecnología, representan también el temor ante el castigo que puede atraer sobre sí el hombre por atreverse a pisar terreno divino. Y para ello conjuga colecciones como las científicas de la Complutense, junto a colecciones particulares como las de Sara Torres, la esposa de Fernando Savater; o los críticos y coleccionistas Jesús Palacios, Daniel Palacios y Luciano Berriatua".

La exposición se puede visitar en el madrileño Espacio Fundación Telefónica (calle Fuencarral, 3) desde ayer hasta el 16 de octubre de 2016, de martes a domingo, de 10 a 20 horas.

Delgado mantiene con el monstruo creado por el doctor Frankenstein una relación de "amor/odio, como todos. Una relación donde por un lado quieres huir de él, pero también quieres adoptarle. Y con el tiempo le he ido descubriendo más, con una profundidad que huye de la simplificación de las famosas películas de Whale".

Todo empezó hace dos siglos con un fenómeno (sobre)natural que lo cambió todo, y que cobra extraordinaria vigencia en la actualidad con los latigazos del cambio climático. La erupción del Monte Tambora en la isla indonesia de Java, uno de los volcanes más importantes del planeta, nubló con un manto de cenizas los cielos europeos, las temperaturas bajaron en pleno verano y llovió sin parar. Aquel año, la tierra perdió una estación. Y en ese escenario casi apocalíptico, casi terrorífico, un grupo de ciudadanos ingleses que pretendían veranear en 'Villa Diodati', junto al lago Leman, en Ginebra, vieron cómo sus planes se oscurecían y se convertían en "prisioneros" del paraíso. No era un grupo normal y corriente: el poeta Lord Byron, su médico personal John Polidori, el escritor Percy Bysshe Shelley y su compañera y futura esposa y escritora, Mary. Aquel encuentro (llevado a la pantalla por el asturiano Gonzalo Suárez en Remando al viento) tuvo como punto álgido una noche inquietante en la que, mientras se desgranaban histerias para no dormir, se marcaron un desafío: crear la obra de terror más horrible (en el buen sentido) de la historia. Ninguno de los escritores allí presentes lo hizo, pero Mary Shelley, que sólo tenía 18 años, publicó dos años después Frankenstein o El moderno Prometeo, un título clave en la literatura de terror.

La exposición parte del laboratorio como lugar de creación donde el científico, enloquecido, juega a ser Dios con resultados devastadores. El primer bloque, El doble, muestra cómo se materializa el lado oscuro o la invisibilidad como método de refracción.