¿Qué diferencias habrá entre las dos partes del espectáculo?
La primera parte, de Blas Sánchez, se titula Rapsodia canaria para timple y orquesta e incluye la Saltona del Cotillo, el Tajaraste de la Matilla, o la Polkita de Rocinante, además de historias de ranchos de ánimas. Intervienen cuatro percusionistas de Fuerteventura que tocan instrumentos tradicionales de rancho. La segunda son piezas que han sido orquestadas por José Brito. Y está la voz de Fabiola Socas. Pero en ambas partes hay un clarinetista y un pianista majoreros, y el guitarrista Juan Carlos El palmero. Son 28 músicos en total.
¿Habrá entonces mucha diferencia entre ambos conciertos?
La primera parte es música contemporánea, pero con melodía. La segunda es más amable, con temas míos, populares y uno de Marcos El zurdo, que fue el personaje que creó la Escuela de Música de Fuerteventura. El jueves 30 de junio lo presentamos en el Palacio de Congresos de Fuerteventura, a las 21.00 horas, y al mismo tiempo se va a grabar en audio y vídeo con la idea de sacar un doble Cd. El viernes 1 vamos a Lanzarote. Luego descansamos y en octubre lo giramos por el resto de las islas.
¿Por qué han elegido estrenarla en Fuerteventura?
Blas Sánchez ha trasladado su fundación allí. Y a él siempre le ha marcado la isla. De hecho se quiso ir a vivir a El Cotillo. Es una persona enamorada de la música antigua y, a la vez, es un personaje contemporáneo. Por eso su obra es música antigua basada en el paisaje de Fuerteventura, con ramalazos folclóricos, pero llevado a un ámbito contemporáneo con disonancias. Por otro lado, la segunda parte es la raíz, con folías cantadas por Fabiola, aunque llevados a un mundo orquestal del siglo XXI.
¿Se ve un timplista cómodo en ese mundo sinfónico?
Ya he tocado con orquestas. José Antonio, Benito y yo hicimos un experimento con Timple@2000 y con la Orquesta Bela Bartok he hechos varias cosas, pero es la primera vez que se compone y s e interpreta un concierto de timple y orquesta. La obra de Blas Sánchez tiene bastante complejidad técnica y eso me llevo mucho tiempo adaptarlo al timple. Tiene bastantes recursos y tengo que estar concentrado 100 x 100. Yo estoy acostumbrado a tocar música arreglada por mí que, según mi estado anímico, salgo por un lado o el otro. Pero esto no sucede aquí porque la orquesta está ahí y está marcada por los músicos que van leyendo.
¿Y considera natural un timple solista en una orquesta?
Es como la guitarra, que fue un instrumento de acompañamiento hasta que Villalobos o Segovia empezaron a adaptar temas clásicos. De hecho, Villalobos y Rodrigo hicieron el Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta. Y hoy es normal y habitual. El timple es un instrumento que sale de lo popular y hay que agradecer a Blas Sánchez que haya sacado recursos al instrumentos. Todos los instrumentos que han crecido de cero es porque ha habido gente que ha creído en ellos y los ha universalizado. El timple es un instrumentos que está en un proceso desde hace 50 años, desde que Totoyo y Casimiro que le dieron un empujón. Benito, José Antonio y yo dimos otro empujón casi partiendo de cero porque aquella escuela no quedó muy patente. Estamos creando escuela para que futuras generaciones tengan un bagaje aprendido. Lo que a mí me costó 20 años descubrir ellos lo tienen con 18 años.
