Además de director de la empresa de neumáticos Auteide, José Luis Tranche es un aficionado al arte que posee un fondo de alrededor de 700 cuadros de artistas contemporáneos que ha adquirido en sus viajes por el mundo. El empresario, nacido en Palencia pero afincado en Las Palmas de Gran Canaria, abrió el pasado viernes La Fundación Canaria para el Desarrollo de la Pintura en la calle Domingo J. Navarro 30-32, un edificio rehabilitado con el objetivo de promover el arte del Archipiélago y dar viabilidad a su colección privada.

Esta primera muestra, de título Al rojo vivo, fue elogiada desde el primer día por los expertos debido a su calidad, por los diversos estilos por los que transita y por albergar muchas piezas realizadas exclusivamente para esta exposición. El título de la exposición ha querido ser una metáfora de lo candente de la realidad actual a través de 30 obras de artistas nacionales e internacionales.

"Mi afición por la pintura comienza en el colegio", asegura el empresario. "Un día hicimos un mural y nos concedieron un premio que consistía en llevarnos a Santander a ver las cuevas de Altamira", añade. "Esa experiencia me marcó". De este modo, la pasión por el arte ha sido constante en su vida, reuniendo cuadros que con el tiempo han aumentado de valor en las salas de subastas. "Cuando me casé empecé a viajar de un lado a otro y siempre visitaba galerías, museos, exposiciones, bienales, y cuando podía, compraba un cuadrito", recuerda. "Luego llega un momento en que, casi sin saber cómo, tienes una serie de obras muy importantes y que, incluso, nos han pedido del Reina Sofía y de otros centros. Llegados aquí, yo me pregunté que por qué, si toda mi familia está de acuerdo en compartir, no poder enseñarlo a la isla a la que llegamos hace 40 años y a la que estamos tan agradecidos".

El empresario quiere agradecer, con esta iniciativa, la hospitalidad con la que le acogieron en el lugar en el que "nacieron mis hijos y mis nietos", añade. Tranche recuerda que "yo me dedico a vender repuestos de coche, y algún cliente cuando me visitaba y veía un Tápies colgado en mi despacho me preguntaba que si lo había pintado yo", añade entre risas. El empresario subraya que "no he querido hacer una especulación con todo esto, ahora estamos exhibiendo una parte de nuestros fondos, pero después queremos traer a artistas locales a este espacio", aclara.

Las obras, que recorren los últimos 40 años de historia del arte, destaca por el número de piezas de estilo expresionista, minimalista y abstracto; y, en menor medida, obras figurativa e hiperrealista. "No lo hemos hecho como una inversión, sino a partir de lo que creíamos que nos interesaba a la familia", apunta. El empresario reconoce que las obras "a veces se revalorizan y a veces no, pero los artistas que llegan a la cima es un porcentaje pequeño".

En cualquier caso, el coleccionista reconoce tener mucho cariño a obras de autores canarios como Laura González, Juan Gopar, Luis Palmero o las acuarela de los inicios de Millares. Tranche reconoce que, para el incremento de esta colección han contribuido muchos galeristas, pintores y amigos que ha ido conociendo a lo largo de su vida".

José Luis Tranche empezó como representante de recambios en el norte de España, hasta que hace 40 años se afincó en Canarias. "Había estado de viaje de novios aquí y decidí cambiar de aires porque nos había gustado mucho. Era como empezar una nueva vida".

Este por el arte se lo ha transmitido a sus dos hijos, Bruno y Yaiza, y estos, a sus cuatro nietos. "Es importante que mantengan esa curiosidad desde pequeños para que todo esto pueda transmitirse de generación en generación", añade. La exposición Al rojo vivo es un diálogo entre la narración y la abstracción. Muchas de las obras han sido realizadas exclusivamente para esta exposición por medio de la amistad que conserva Tranche con los artistas. Es lo que sucede con una imponente 6-213 Manhattan de Marela Zacarías con una explosión de color que le da volumen en su encaje con una pared de piedras. O una obra de Marina Vargas, Noli me tangere 2/3, donde se retrata con el uso de pintura acrílica en su cuerpo. Al igual que Luis Gordillo, referente del arte abstracto, en Dos globulandias que trabaja la materia a la que le aplica una resina creando paisajes abstractos, o Jesús Zurita que ha creado su obra en uno de los muros del edificio. La muestra exhibe piezas de autores como Ray Smith, con la escultura Rubia, o Secundino Hernández, un referente contemporáneo, con una pincelada perfecta. Otras grandes figuras son Abraham Lacalle, con Ventana roja, o Katharina Grosse.