Quien no crea en el poder de Julio Iglesias para convocar a familias enteras a sus conciertos sólo tenía que haberse acercado ayer a los aledaños del Gran Canaria Arena. Los prolegómenos de la actuación que ofreció ayer en el recinto de Siete Palmas mostraron una buena foto sociológica del público que hoy sigue al veterano cantante: mayoritariamente femenino y de todas las edades, aunque con predominio de la mediana. Madres, hijas y hasta abuelas se acercaban juntas a dejarse mecer por el terciopelo de las canciones de Iglesias en un ambiente muy relajado, sin las prisas y los apretujones que caracterizan otros macroconciertos.

Evelyn Ramos venía a acompañar a su madre, pero ella también es seguidora del cantante y prueba del encanto intergeneracional que ejerce. Destaca "la sensualidad que tiene su voz, lo bien que canta, con frescura". A su juicio, Iglesias se mantiene en buena forma: "Tiene la misma vitalidad que cuando empezaba, aún transmite la misma sensualidad de cuando era joven". La carrera de Julio Iglesias es tan dilatada que ha sabido marcar con sus canciones a diferentes generaciones, de forma que cada una tiene su Julio Iglesias y su repertorio de Julio Iglesias. En el caso de Evelyn, una cuarentona, el Julio que le va es el de los ochenta, el de Me va me va.

No muy lejos anda su madre, Carmen Álvarez, que conoce al vocalista prácticamente desde que se explotaba las espinillas. Mujer de setenta y tantos, ella estuvo en el mítico concierto que el cantante, entonces tímido, ofreció en la sala de fiestas de Altavista hace 38 años. Desde ahí ha seguido su trayectoria y comprado sus discos. A Carmen le gusta mucho "su voz, su forma de ser y su calidad como artista". Precisamente respecto a su forma de ser, Carmen tiene su teoría: que no es tan frívolo Julio como lo pintan. Ella intuye que el cantante de Hey! es una persona "más sencilla y más espiritual de lo que parece". Aunque a menudo se destaque de Iglesias su cara más prosaica y mundana, esta veterana fan piensa que tras esa máscara hay una persona "más inteligente y profunda de lo que se piensa". Y como muestra de esa inteligencia está su propia carrera, que ha sabido timonear con el mismo nivel de éxito desde hace 48 años.

El Julio Iglesias preferido de Carmen es el de Gwendolyne, aquel ensueño romántico con el que concurrió, casi imberbe, al Festival de Eurovisión representando a España. "Las canciones que más me gustan son las del comienzo, las primeras que cantó", subrayó esta seguidora, quien también destacó "la forma en la que interpreta los boleros, a los que ha dado un toque personal".

Loli Santiago es otra veterana fan del cantante. También estuvo en Altavista para disfrutar de un Julio Iglesias que ayer, casi 40 años después, evocaba como alguien muy amable y con mucha gana de interactuar con el público entonces. Al igual que Carmen, Loli valora muy especialmente "las primeras canciones, que son las que me gustan". También destacó la longevidad de Iglesias como artista y cómo aún mantiene altos los estándares de calidad, a pesar del paso del tiempo. "Sigue en plena forma, parece que con él no han pasado los años", asegura. Antes de despedirse, encadena algunos halagos más al vocalista: "Es un artista integral, que con los años no ha decaído. Lo escucho desde siempre y para mí es el mejor artista que ha dado España".

Ya se iban acercando las 21.00 horas, marcadas por la organización para el comienzo de la ac-tuación y el público se acomodaba en sus correspondientes localidades. Hacía algo de bochorno pero sin llegar a agobiar, un calorcito agradable que se antojaba ideal para este veterano seductor, capaz aún de hacer subir la temperatura sin alcanzar, eso sí, los excesos de antaño.