Eva Yerbabuena vuelve a improvisar con el flamenco a través del montaje Carne y hueso que hoy se representa, a las 22.00 horas, en la Plaza de Santa Ana dentro de la programación del 20º Festival de Teatro, Música y danza, Temudas Fest. La bailaora, que acudió acompañada del guitarrista y compositor de la música Paco Jarana, destacó que "este es un espectáculo que no va a dejar indiferente a nadie. Para mí, es volver a conectar con aquel lenguaje que en su momento me enamoró y me sigue enamorando siempre: el flamenco".

La bailaora subrayó que "aquí somos muy libres, no estamos sometidos a un guión ni a un clásico, así que la improvisación surge de una manera maravillosa". Con una hora y veinte minutos de duración, Carne y hueso fue creado e imaginado para este festival. "Hay un guión que parte de los tres pilares del flamenco que son la música, el cante y el baile", aseguró. "Nos dejamos llevar por la seguirilla, la soleá, el tango, la taranta, la alegría, bulería, etc. Y es volver a contar con ese medio que es el flamenco en donde no estamos sometidos a unas pautas y donde la improvisación surge de manera maravillosa".

A ambos artistas le acompañan sobre el escenario los cantaores José Valencia y Alfredo Tejada, el percusionista Antonio Coronel y seis bailaores. "La coreografía es nueva, aunque recoja piezas ya fijas en el repertorio. Hay una presentación que se ha creado exclusivamente para este montaje. Luego está la seguirilla que acaba siendo algo nuevo y dos que me gustan mucho y que la gente requiere de mí y que son la soleá que pertenece al espectáculo LLuvia, y la taranta, que tiene mis apellidos. No tienen nada que ver entre ellas. Hay muchas versiones de soleá a lo largo de mi trayectoria, pero esta es muy significativa", confesó la bailaora.

La obra recoge los mejores momentos de tres espectáculos: la seguirilla De la Cava, estrenada en su Eva; la taranta de Lluvia, y la soleá, un clásico de su repertorio. No hay una música africana como en Apariencia, su último montaje. "Es cierto que tu cuerpo no se mueve como cuando escuchas una seguirilla o cuando la creación es otra. No me puedo mover igual si tengo una orquesta sinfónica tocando una pieza clásica detrás mía que si me muevo por algún palo y hay un guión al que no puedes fallar. Pero aquí juego y me divierto mucho".

Bailes

Sin embargo, la bailaora confesó que al final todo tiene su guión. "Un baile por soleá lo tiene, pero depende mucho de cómo se sienta ese día el cantaor, de cómo toque el guitarrista y de cómo esté anímicamente yo". Para Yerbabuena, antes los bailes eran más cortos, pero ahora hay un espacio y una luces en las que "todo está más marcado y produces como una infraestructura que es el método de trabajo. Pero no sé lo que voy a sentir y lo que el cuerpo me va a provocar".

Otro aspecto importante es que el montaje se escenifica al aire libre. "No es nada fácil", dijo. "El tener un techo y una caja te da seguridad. Pero aquí todo se ve. Creas un espectáculo sabiendo estos principios y tienes que ir con más fuerza y energía. Tu mente sabe que todo tiene que ser mucho más complicado. Pero nosotros tenemos otra forma de sentir las cosas".

Y esto es lo que establece la diferencia. "Si en mi vida he hecho cuatro soleá, la de aquí será diferente, al igual que la seguirilla, el cante, el baile, el vestuario, etcétera". Para la bailaora, cuando se trabaja al aire libre "uno tiene la sensación de que no tiene límite y que todo sale energéticamente, que quieres proyectarte al público y estás con esa intención". Una música genuina, fuerte, sensible en tres cantaores que con sus voces golpean en el interior de la bailaora y que le ayudan arrancar de su interior alguns sentimientos muy dispares de una forma pura y realizada sin concesiones.

Por su parte, Paco Jarana, añadió que "nos dejamos llevar por cada palo de flamenco", ya que todo gira sobre el cante "que es el que nos hace lidiar con la hora y cuarto que estamos actuando y es el que nos ha ordenado el espectáculo". Por este motivo "intentamos que no haya que entender, ni tener un método para el mensaje, sino que sea todo rápido e inmediato. Y eso nos ayuda mucho porque es un orden que lo tiene todo que te da el cante flamenco". Según el músico, el mensaje de las letras es lo que ayuda a transmitir e implica a todos. "Hay que dejarse llevar y ver qué te provoca. Si en otros montajes el baile tiene que acompasarse con otras músicas o con el hilo conductor de las obras de algún autor, como sucedió con Lorca, en Carne y hueso el que manda es el cante".