El Festival de Música de Canarias, bajo la nueva dirección de Nino Díaz, presentó la pasada semana la programación de la próxima 33º edición que se celebrará entre enero y febrero de 2017 y que ha levantado voces en contra y a favor durante los últimos días por parte de socios, políticos o aficionados. Mientras, existe el temor a una cancelación si la taquilla no responde, ya que la venta de abonos cubre 400.000 euros de un presupuesto de 1,3 millones de euros.

Los críticos aseguran que es la edición más floja, al tener una programación en la que, por vez primera, no se ha incluido una orquesta sinfónica, lo cual puede repercutir negativamente al prestigio adquiriendo con esfuerzo a lo largo de los años y, especialmente, como reclamo para la venta de abonos por el tirón de estas grandes orquestas entre el público.

Desde determinados ámbitos de la administración, sin embargo, se defiende el proyecto argumentando que se da prioridad a nuevos objetivos que habían quedado en un segundo plano y que se resume en alcanzar al mayor público posible. Debido a la polémica que se ha producido en los últimos días, exponemos opiniones desde ambos puntos de vista.

El gerente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, Juan Mendoza, señala que "el festival este año es irreconocible". Para Mendoza, en todas las ediciones de su historia se ha dedicado a programar la música sinfónica europea y las obras de las grandes compositores eligiendo siempre a intérpretes de reconocido prestigio, tanto solistas como compositores. "En este caso", señala, "es la primera vez que no hay ninguna orquesta sinfónica en la historia del festival". El gerente añade que "tampoco contamos con solistas o directores de referencia que son los que al final arrastran al público a los teatros porque ellos son los que dan lugar a las interpretaciones ejemplares de estas obras, que es lo más importante. Este festival no sabemos lo que es y el público estará absolutamente desconcertado".

El diputado del Común, Jerónimo Saavedra, señala, por su parte, que "no se explica que durante este 2016, con 1,3 millones de euros de subvención, se haya traído a la Orquesta Filarmónica de Londres y a la del Festival de Budapest, y que ahora en 2017, con esa misma cantidad, no venga más que dos compañías de cámara". Según Saavedra, hay un desconocimiento flagrante por parte de la organización al afirmar que esta nueva programación intenta solventar el que nunca se haya protegido a los intérpretes canarios. "Hay mucha demagogia de cara al populismo ya que el Festival ha permito que se estrenen obras tanto de autores de las islas, como de la Península o el extranjero", recuerda. Saavedra reconoce que los recortes presupuestario eliminaron todo eso con la llegada de la crisis económica, pero eso siempre ha sido el objetivo a recuperar. Para el diputado del Común, si los ingresos en taquilla no corresponde a las cifras que se alcanzaron en el año 2016 "será un signo evidente de fracaso".

La vicerrectora de Cultura de la ULPGC, Isabel Pascua, afirma que "se ha cambiado tanto el festival que mejor que lo llamen de otra manera". Pascua recuerda que siempre se ha fomentado la cantera de las Islas como sucedió con Laura Vega, Gustavo Días-Jerez e, incluso, con el propio Nino Díaz, que han podido estrenar sus obras en este evento. "Han querido hacer una novedad y darle la vuelta, pero en realidad no se ha cambiado mucho de lo malo" y añade también que los argumentos de la organización no tienen sentido porque "el festival ya estaba en todas las Islas" y tampoco era elitista como demuestra el que sus alumnos accedieran a los conciertos "de forma barata con los abonos" y hubiese muchos descuentos. Según la vicerrectora, "no podemos comparar el Festival con los años gloriosos de Nebot. Lo cierto es que se han retirado muchos mecenas y ahora solo tenemos el dinero del Gobierno de Canarias y la taquilla". En su opinión, "se ha hecho de forma precipitada, sin consultar con las personas adecuadas".

Representación canaria

Pascua añade, además, que la Mahler Chamber Orchestra no puede ser considerada como orquesta sinfónica propiamente dicha porque está formada por "un amplio número de músicos que salen y entran continuamente". La vicerrectora no oculta su conocimiento de que intervengan las dos sinfónica canarias, "pero es una pena porque son las que vemos a cada momento". Pascua reconoce que muchos abonados están decepcionados.

La consejera de Turismo y Cultura del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo, afirma por el contrario, que se trata de una programación acertada para darle un giro al Festival con el objetivo de incorporar nuevos públicos, aunque conservando el tradicional. "Se mantiene la calidad, pero hemos querido incorporar nuevos estilos, no sólo música antigua con criterio historicista, sino contemporánea. Hemos incorporado más artistas canarios, y nos abrirnos a Latinoamérica porque entendemos que Canarias también tiene que incorporar el vínculo con esos países". Lorenzo afirma que las críticas hacia la ausencia de orquestas sinfónica no son fundadas ya que se incluye la Mahler Chamber Ochestra, y la Orquesta Mozarteum de Salzburgo. Pero, de cualquier forma, añade que "tampoco es imprescindible que en todos los años haya una orquesta de renombre. Lo que queremos en realidad es que sea un festival para los dos millones de canarios".

El viceconsejero de Cultura, Aurelio González, se manifiesta a favor de esta programación y recuerda que "la administración tiene la obligación de intentar hacer compatible la calidad y el prestigio alcanzados en 32 años con una intención didáctica, para que no sólo cubra las necesidades de un público selecto, sino que sirva para conseguir que en Canarias cada día haya más personas con sensibilidad musical". Para González un objetivo es alentar a los jóvenes músicos de las islas. "Mi teoría es que puede ser compatible lo uno con lo otro: la preservación de la calidad del festival, el respeto a su trayectoria, al prestigio internacional que ha adquirido; y hacerlo compatible con esa vertiente pedagógica y lograr que sirva de instrumento para despertar nuevas intereses". González añade que "no puedo estar de acuerdo con que un Festival de Música, sostenido con fondos públicos, renuncie a una vertiente pedagógica y didáctica para que haya cada vez más gente aficionada a la música", y por este motivo el propósito de la organización es que llegue a un mayor número de personas.

Propuesta arriesgada

El consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, José Luis Rivero, afirma que ciertamente, "se ha realizado una propuesta arriesgada, y como tal hay voces a favor y en contra". Rivero reconoce que, en el comité asesor, "me he quejado del cambio de modelo sin preparar al público fidelizado". En su opinión, se ha buscado un modelo que de mayor accesibilidad a todo tipo de público y se lleve a todas las demás islas, "pero eso no se puede hacer deprisa y corriendo, sino que hay que contar con un modelo planificado que lo conozca el público fiel y podamos incorporar otras estrategias en un trabajo a medio y largo plazo". En este sentido, el consejero reconoce que "hacer un cambio de un año a otro me parece peligroso de cara a la propia comunicación y la sostenibilidad del festival y a la taquilla". Por este motivo, Rivero añade que "he solicitado que la comisión se reúna más veces, se haga un estudio profundo y veamos si este nuevo modelo tiene sentido o no con la inclusión de las nuevas reformas". Sobre la participación de las orquestas canarias, Rivero afirma que tienen calidad para estar en la programación, "pero hay que buscar el método para incluirlas de tal forma que no sustituyan a las invitadas". Nino Díaz, que no quiso hacer declaraciones sobre los argumentos expuestos.