La cuarta jornada del Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) volvió ayer a insistir en las tensiones interraciales con Loving, de Jeff Nichols, que se convirtió en la gran sensación del día, y las apuestas por los Óscar con una coproducción hispano-estadounidense, The Promise.

Desde la apertura del TIFF, el pasado 8 de septiembre, el trasfondo racial ha dominado el festival canadiense, uno de los más importantes del mundo y considerado la plataforma para el lanzamiento de películas candidatas a los Óscar. Unos Óscar que en febrero estuvieron salpicados por el escándalo del #OscarSoWhite, la campaña de boicot y protestas por la falta de candidatos de color al premio de Mejor Actor. En este contexto, el TIFF parece estar decidido a demostrar la variedad y calidad de las interpretaciones de actores de color.

Los organizadores de la muestra decidieron que la apertura de la 41 edición fuese el último film del director Antoine Fuqua, The Magnificent Seven, una reinterpretación de Los siete samuráis, de Akira Kurosawa y Los siete magníficos de John Sturges, protagonizada por Denzel Washington.