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Fajardo: "Las crisis nos plantean si debemos cambiar las expectativas"

El escritor tinerfeño cartografía la realidad social en su segunda novela, 'Asamblea ordinaria', que publica Libros del Asteroide

Fajardo: "Las crisis nos plantean si debemos cambiar las expectativas"

Los efectos corrosivos de la crisis económica y la precarización del empleo en las relaciones personales atraviesan las páginas de Asamblea ordinaria (Libros del Asteroide), la segunda novela del escritor tinerfeño afincado en Barcelona Julio Fajardo. Esta cartografía literaria de la realidad social española trenza tres voces narrativas que relatan en primera persona la incertidumbre, el pudor, la ansiedad y los interrogantes que azuzan la vida cotidiana en tiempos de paro.

Una pareja que sufre los estragos del desempleo, un trabajador sometido a la precarización de su puesto laboral y un joven que se instala con su tía septuagenaria para ahorrarse el alquiler alternan sus desafíos y reflexiones en un tapiz sobre los fantasmas de la sociedad moderna. "Creo que hay una pregunta que ronda la conciencia de todos los personajes y que plantea si, en vista de las condiciones de vida materiales en el contexto socioeconómico actual, uno debe cambiar su orden de prioridades y el reparto de energías que hace cada uno en su vida", expone el autor. "Las crisis nos plantean si debemos cambiar las expectativas o cuánto hay que cambiarlas para adaptarse a los cambios externos que no dependen de uno".

El escritor revela que comenzó a fraguar esta novela en 2012 y que "la intención más clara que tenía era la de ponerme en la piel de otras personas a través de los personajes de la forma más honesta posible, verosímil e interesante para el lector". "Luego fui siendo cada vez más consciente de que lo que escribía tenía mucho que ver con los tiempos que corren, pero me da la sensación, como a mucha gente que escribe, que la realidad va permeando en los textos a medida que avanzas en las tramas y giros de argumentos", apunta.

Además, sus personajes revisten la particularidad de que no tienen nombre. "Siempre me ha costado poner nombre a los personajes, tiene que ver con la sensación de que es muy arbitrario", admite. "Pero en este texto, en concreto, el hecho de que no tengan nombre tiene cierta coherencia con un tipo de relato de gente anónima, ordinaria, corriente; que podría ser cualquiera". Así, Asamblea ordinaria huye de posicionamientos ideológicos y su único compromiso es con la realidad, desde un prisma cotidiano. "Siempre termino obsesionándome con los conflictos interpersonales. Me interesa indagar en las personas y en sus puntos de vista, con sus matices y ambigüedades", concluye.

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