Los restos mortales de Gelu Barbu reposan en la ciudad rumana de Lugoj. La familia del bailarín y coreógrafo que falleció en febrero pasado en la capital grancanaria, trasladó hasta dicha localidad la urna con las cenizas del rumano. En una ceremonia celebrada esta semana en la iglesia ortodoxa ubicada en el interior del cementerio de Lugoj, Gelu Barbu recibió un homenaje con honores militares en un emotivo acto que contó con la presencia de las autoridades locales, entre ellos el alcalde Francis Boldea.

"Es un acontecimiento importante en la vida de nuestra ciudad", manifestó el alcalde acerca de las distintas manifestaciones de homenaje hacia esta figura internacional de la danza, que en 1966 estableció su residencia en Las Palmas de Gran Canaria por prescripción médica ante las dolencias de espalda que padecía.

El reconocimiento a Barbu y su notable trayectoria internacional se completaba ayer viernes con la proyección de un documental sobre su figura, en un acto en el que además del alcalde participaron Andrei Barbu, nieto del bailarín y coreógrafo, la profesora Simona Avram , y otras personalidades de la vida cultural de Lugoj.

Galardonado en 2002 con la Orden de la Estrella de Rumanía con grado de Caballero, el traslado de las cenizas de Barbu da cumplimiento a los deseos manifiestos por la familia durante el velatorio en la capital grancanaria tras su fallecimiento.

Primer bailarín de la Ópera de Bucarest, hijo adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria en 1994, e hijo adoptivo de la Isla en 2006, miembro de número de El Museo Canario, presidente de la Asociación de Profesores de Danza, director de las Jornadas Internacionales de Danza de Las Palmas, presidente de honor y director artístico de los Stages Internacionales de Lisboa, profesor invitado de las Jornadas Internacionales de Tarragona y los Stages de Lisboa, entre otros, Gelu era hijo de Filaret Barbu, uno de los grandes compositores rumanos de música folclórica y opereta.

En noviembre de 1961, Gelu Barbu cruzó el Muro de Berlín en busca de asilo político y emprender una nueva vida en todos los frentes. Fue bailarín principal en los ballets de la Ópera de Múnich, Oslo y Nuremberg. En estos años Gelu Barbu trabajó con las principales figuras de la danza mundial de la época con giras toda Europa, India, Indonesia, Tailandia, Filipinas y Egipto, entre otros escenarios. En Gran Canaria impulsó el Ballet de Las Palmas Gelu Barbu y la Escuela en la que se formaría toda una generación de bailarines por las que pasaron Lorenzo Godoy, Óscar Millares, Sergio Perdomo, Paco Grimón, Elisabeth Mateo, Miguel Montañez y Wendy Artiles, entre otros.