El escritor Fernando Sánchez Dragó explica en 'Shangri-La. El elixir de la juventud' (Planeta) la receta para "seguir viviendo de forma juvenil" a los ochenta años, como por ejemplo tomar la decisión de irse a Siria dentro de un mes para darse "un chute de vida".

"Me quiero ir dentro de un mes a Siria, ya estoy tramitándolo, y me iré con mi pareja (la periodista Anna Grau), como unos Bonnie & Clyde del periodismo. Cuando veo una zona caliente, mi impulso es ir allí, ya me ocurrió con Fukushima cuando estaba en Bangkok. Me gusta la vida peligrosa", ha señalado en una entrevista con Europa Press el escritor.

Sánchez-Dragó reconoce que para mucha gente "resulte escandaloso decir" que le gustan las guerras, pero cree que se trata de conflictos "muy mitificados". "En las guerras vive todo, es donde la gente vive más y los sentimientos se expresan con vehemencia. Las guerras van a rachas y no todo el mundo está pegando tiros las 24 horas del día", ha señalado.

En 'Shangri-La' Sánchez Dragó detalla un modo de vida que incluye una alimentación sin productos industriales, la automedicación en ocasiones, mucho sexo ("es mi único pecado capital") y un rechazo general al actual modo de vida, en especial al propuesto por instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Todo lo que sea institucional, lo detesto", ha aseverado.

Para el escritor, hay tres factores para alcanzar esa 'eterna juventud' de la que habla: la genética, el estilo de vida ("haz cualquier cosa pero nada en exceso") y el carácter ("cómo te enfrentas a la vida"). En cualquier caso, recuerda que "nadie es inmortal, ni siquiera Jesús", y lo único importante es "que el tiempo que toca vivir, se viva con juventud".

"Sigo viviendo exactamente igual que a los 20 años", ha apostillado el autor, quien no obstante ha recordado que uno es consciente del envejecimiento cuando "se mira al espejo y comprueba lo mucho que se parece al padre". "Mi vieja agenda es como un cementerio. Voy tachando nombres con 'typex', blanqueando sepulcros", ha apuntado en relación al paso del tiempo."Las guerras van a rachas y no todo el mundo está pegando tiros las 24 horas del día"

Repasando la actual sociedad, Sánchez Dragó reconoce sentirse "pesimista en lo general y optimista en lo particular". "A veces pienso en suicidarme viendo lo que hay, porque no me interesa nada vivir con drones y otros supuestos 'avances'. Hemos llegado tan lejos que ríete tú de Orwell y su '1984'", ha ironizado.

La especie humana en extinción

En este sentido, ha alertado de que a esta generación "le ha tocado la china" y no se puede "hacer nada para solucionarlo". "La especie humana ya está en fase de extinción y hemos sido los peores depredadores. El ecosistema viene a por nosotros, pero bueno, es divertido verlo", ha bromeado.

Para el Premio Nacional de Literatura, dentro de esta lista de "despropósitos" tienen un apartado importante los políticos, a los que Sánchez Dragó "detesta". "¿Pero quiénes son los políticos? Los políticos no son nadie. Si no eres nadie, hazte político, que viven de chupar la sangre a la gente inventando problemas", ha criticado."Si no eres nadie, hazte político, que viven de chupar la sangre a la gente inventando problemas"

España no es Shangri-la

Y sobre España, ha ironizado señalando que "no hay nada menos parecido" a un Shangri-La (especie de paraíso donde la gente es inmortal) entre los países de hoy en día. "A España le falta todo, no hay un país que me guste menos, aunque tiene una solución: despoblarla de esos que generan un clima de brutalidad y mala leche", ha destacado.

Preguntado sobre lo que habría sido Sánchez-Drago sin libros, ha admitido que "no habría existido". "Se lo debo todo a los libros, ya a los cuatro años dije que quería ser escritor y me la jugué, de haber salido mal, no habría sido nadie, seguramente una persona desgraciada", ha concluido.