¿Qué es lo que más le gusta de formar parte de este espectáculo de dos décadas?
Creo que es el mundo enorme que está dentro de este espectáculo, es un mundo singular que me gusta. La historia del espectáculo trata de cada persona individual que está dentro de la sala viéndolo. Cuando vi este espectáculo por primera vez me di cuenta de que trataba sobre mí. Yo tenía la ilusión de ser artista. No era un fanático de este espectáculo, porque hay gente que repite mucho, pero yo hice todo lo posible para formar parte de este show y he tenido suerte. Llevo en él casi 14 años.
Trabaja viajando, ¿hay algún país que le haya sorprendido?
Cada país tiene sus tradiciones, carácter individual y hay a quien le gustan más los países latinos, a otros, los europeos... Para mí siempre es grato encontrarse en un sitio nuevo y conocer a gente nueva.
El Slava's Snowshow ya estuvo en Tenerife en 2010.¿Qué recuerda de aquellas funciones?
Recuerdo que el público fue estupendo y cada show terminaba de forma espectacular. Tuvimos una muy buena aceptación. Además de trabajar, también tuvimos tiempo de unas vacaciones cortas, así que disfrutamos de la Isla.
Estamos en unas Islas en las que casi nunca nieva. ¿Esto cambia algo para ver el espectáculo?
Lo notamos. Por ejemplo en África, donde estuvimos hace poco, tampoco hay nieve y la gente no la conoce. Gracias a la televisión tienen una idea de lo que es una tormenta de nieve por eso no es tan difícil de entender el mensaje. Uno de nuestros espectadores nos dijo en una carta: "Vuestra nieve calienta nuestros corazones".
El cariño del público es una de las cosas por las que continúa haciendo este trabajo, imagino.
Sí, es un show muy tierno, muy sentido y sentimental, y gracioso a la vez. Lo que a mí me parece impresionante es que en el reducido tiempo que dura el show hay un espectro de emociones muy distintas que puedes ver y sentir.
¿Cuál es su momento preferido del espectáculo?
Ya que soy uno de los payasos principales, en distintas etapas de mi vida he tenido diferentes partes preferidas. Hubo un tiempo en que estaba enamorado de la parte cuando sale un payaso que baila, le lanzan unas flechas y muere sobre el escenario. Me encantaba. Ahora que ya soy padre me gusta más la parte en la que tres payasos con pequeños instrumentos cantan la canción de Un canario y tienen burbujas a su alrededor. Esa parte me hace recordar mi propia infancia. Cuando un clown hace de dos también me gusta mucho.
