Nadie quedará indiferente ante la estupenda adaptación que ha hecho Profetas de Mueble Bar sobre la vida del Corredera escrita por el dramaturgo grancanario Miguel Ángel Martínez. La obra, que se estrena los días 18 y 19 de noviembre, a las 20.30 horas, en el teatro Cuyás, tiene todos los visos de convertirse en, sin duda, la obra más importante de este año, y, probablemente, una de las cumbres de la historia del reciente teatro canario.

Una tarde en el local de ensayo de la veterana compañía que dirigen Fernando Navas, Carmelo Alcántara y Juan Ramón Pérez supone disfrutar con unos profesionales que dominan un trabajo técnico que roza la perfección. Ninguna escena dejará indiferente al espectador, pues, con un elenco de actores de varias generaciones, formado por el propio Carmelo Alcántara, Miguel Ángel Maciel, Yanara Moreno, Abián De La Cruz y José Manuel Trujillo, dan forma a un montaje en el que no falta ni sobra nada y en donde cada diálogo de cada minuto es un verdadero documento histórico de cómo era la vida en el Arcchipiélago durante la dictadura de Franco.

Un ejemplo podría ser la impresionante escena en la que el obispo Pildain, caracterizado de forma formidable por Carmelo Alcántara, detiene una furgoneta conducida por dos falangistas que llevaban presos a la tristemente conocida Sima de Jinámar y donde el obispo de origen vasco se enzarza en un impactante discusión retórica con los dos milicianos de extrema derecha. Otro ejemplo podría ser esa escena final en la que, antes de ser ajusticiado, los personajes de la vida de Juan García Suárez, aparecen como actores de una verdadera tragedia griega en la que el único que muere es un auténtico chivo expiatorio del régimen golpista.

Para Juan Ramón Pérez, uno de los directores de Profetas, la excelencia es la única norma que hay que seguir en cada reto al que se enfrentan. "Cada obra nos la planteamos con la misma humildad de cuando éramos jóvenes", señala. "Porque el teatro es un arte de casi tres mil años y como herederos suyos tenemos que hacer cumplimiento de ello". Para Pérez este Corredera es un nuevo reto. "No hay mucha tradición de teatro épico documental en Canarias, y supone una novedad en la historia nacional". Para el director la obra habla del mito del Corredera, pero también tiene una dimensión mundial "porque es un grito poético contra la violencia, la guerra, la pena de muerte, y cómo unas circunstancias de opresión generan una serie de víctimas en un bando y en el otro. Y la guerra no está tan lejos, sólo a tres horas de avión". Por eso el autor es bastante shakespeariano, no hace juicios de valor sobre los personajes, sino cada uno es víctima del sistema. "Los sistemas dictatoriales buscan expresarse, decir 'aquí estoy yo', y la pena de muerte es un arma muy fuerte", añade.